viernes, 20 de julio de 2007

ZEN...


ZEN :
Capítulo 28 del Libro “El Misterio del Áureo Florecer”
¿Por qué la última Verdad-Prajna que el Budhismo Zen quiere indicar es tan indefinible, abstracta e inasible? Definir significa realmente poner límites intelectivos a, o declarar el sentido de una cosa determinada.
Asir, en sentido empleado aquí, significa comprender algo y retenerlo en la memoria.
Como el mismo acto de definir consiste obviamente en encerrar a algo dentro de un cierto límite, no puede necesariamente no ser finito, angosto y restrictivo en su naturaleza; así mismo, como Comprender significa asir algo mentalmente, pero no todo, ha de ser igualmente limitativo y exclusivo.
La última Verdad-Prajna que la escuela Zen quiere indicar no puede ser en ningún modo algo angosto, finito o exclusivo; debe ser algo vasto, universal e infinito, algo que todo lo incluye y alcanza, algo más allá de la definición y de la designación.
La misma palabra “definir” sugiere ostensiblemente un dedo humano que señala a un objeto determinado, y la palabra “Asir” una mano que retiene algo y no suelta.
Dada esta lamentable limitación y este aferramiento, profundamente ahincado en el racionalismo del animal intelectual equivocadamente llamado hombre, no es en modo alguno sorprendente que la libre y omni-incluyente verdad-prajna se torne realmente en algo evasivo que siempre está eludiendo misteriosamente a todo pensador.
Iluminación. Esta palabra grandiosa en esencia y en potencia, se usa en este capítulo para indicar enfáticamente la experiencia mística trascendental que consiste en experimentar el Tao, la Verdad Zen, lo Real.
No es suficiente comprender algo, necesitamos captar, aprehender, capturar, su íntima significación.
El sexto patriarca preguntó al Bodhidharma: ”¿Cómo es posible alcanzar el Tao?”. El Bodhidharma respondió: ”Exteriormente, toda actividad cesa; interiormente, la Mente deja de agitarse. Cuando la Mente se ha convertido en un muro, entonces adviene el Tao”.
Es urgente saber que el Zen japonés, es el mismo Dhyana indostánico, el Jhana Pali, el “Ch’an na” chino: una forma extraordinaria del Budhismo Mahayana.
Es incuestionable que los estudios y prácticas Zen nos permiten captar el íntimo significado de las Enseñanzas Budhistas preconizadas por la escuela Mahayana, antítesis maravillosas y complemento a la vez de la Escuela de Auto-Realización Intima Hinayana.
El Vacío Iluminador resulta imposible de describir con humanas palabras. No es definible o descriptible. Como ha dicho el Maestro Zen Huai Jang: “Cualquier cosa que diga fallará en el punto principal”.
La enseñanza budhista sobre el Vacío es comprensiva y profunda, y requiere mucho estudio antes de ser entendida.
Solo en ausencia del Ego podemos experimentar en forma directa el Vacío Iluminador.
Endiosar a la Mente es un absurdo porque ésta en sí misma es tan solo un calabozo fatal para la Conciencia.
Afirmar que la Mente es el Buda decir que es el Tao, resulta disparatado porque el intelecto es tan sólo una jaula para la Conciencia.
La mística experiencia del Vacío Iluminador se realiza siempre fuera del terreno intelectual.
La iluminación budhista nunca se consigue desarrollando la fuerza mental, ni endiosando la razón; por el contrario, se logra desatando cualquier vínculo que nos ate a la mente Solo liberándonos del calabozo intelectual podremos vivenciar la dicha del Vacío Iluminador, libre y enteramente insubstancial.
El Vacío es sencillamente un término budhista claro y preciso que denota la naturaleza no substancial y no personal de los seres, y una señal de indicación del estado de absoluto desprendimiento y libertad fuera del tiempo y más allá de la Mente. Bebed el Vino de la Meditación en la Copa deliciosa de la Perfecta Concentración.
Capitulo XLV del libro “EL Parsifal Develado”
Es la meta última de las prácticas místicas, como por ejemplo la del Zen, o la del quietismo cristiano de Fray Miguel de Molinos; la de llevarnos a la quietud y al silencio de la mente.
Cuando la mente está quieta, cuando la mente está en silencio, adviene lo nuevo.
En esos instantes de indiscutibles delicias la conciencia se escapa de entre la mortificante mente para experimentar lo real...
El segundo Patriarca del Zen preguntó al BODHI-DHARMA: ¿Cómo es posible alcanzar el TAO?
El BODHI-DHARMA respondió: "Exteriormente, toda actividad cesa; interiormente, la mente deja de agitarse. Cuando la mente se ha convertido en un muro, entonces puedes ingresar al TAO".
Lo budistas CHAN en China rara vez hablan del SAMBODHI, la iluminación final (el famoso Chueb).
Como el "Wu" es fundamentalmente la experiencia mística del despertar a la verdad (Prajna), la persona que logra la vivencia "Wu" puede no ser capaz de dominarla, profundizarla y madurarla.
Se necesita mucho trabajo en la "Novena esfera" antes de llegar a la perfección, con el fin de apartar los pensamientos dualistas, egoístas y profundamente arraigados que surgen de las pasiones.
El evangelio del TAO ha dicho: "Purifica tu corazón, limpia tus pensamientos, ataja tus apetitos y conserva el semen".
El autor de EL-KTAB, escrito maravilloso apreciado por los árabes, no se cansa de glorificar al coito; éste es para él con justa razón, el himno de alabanza más magnífico y sagrado, el anhelo más noble del hombre y su compañera tras la unidad primitiva y las delicias paradisíacas.
El amor es el FIAT LUX del libro de Moisés, el mandato Divino, la ley para todos los continentes, mares, mundos y espacios.
Cuando empuñamos valerosamente aquella lanza de Eros con el evidente propósito de reducir a polvo todos y cada uno de los elementos subjetivos que llevamos dentro, brota la luz.
Dentro de cada entidad subconsciente existe esencia enfrascada, luz en estado potencial.
Así como el átomo al ser fraccionado libera energía, así también la destrucción total de cualquiera de nuestros elementos infernales libera luz.
Necesitamos hacer la luz en cada uno de nosotros. "Luz más Luz" dijo Goethe al morir.
La Magia sexual es el fundamento eterno del FIAT luminoso y espermático del primer instante.
La muerte radical del Ego y demás elementos infrahumanos que llevamos dentro nos conduce a la Iluminación final (SAMYASAMBODDHI).
Así la iluminación ZEN, o "Wu", varía mucho, desde el atisbo superficial de los principiantes sobre la esencia mental, hasta el Buddhismo total, como fue realizado por BUDDHA.
Capitulo 46 del libro “La Magia de las Runas”
Los Monjes del ZEN enfatizan la necesidad de desintegrar, reducir a polvo tales cuerpos (Cuerpos lunares) sutiles para lograr la liberación final.
La filosofía ZEN conceptúa que esos organismos sutiles son simples formas mentales que hay que disolver.
Es evidente que esos cuerpos internos estudiados por Mister LEADBETER, ANNIE BESANT y muchos otros autores, son vehículos LUNARES, cuerpos PROTOPLASMICOS que evolucionan hasta cierto punto perfectamente definido por la naturaleza y luego se precipitan por el camino INVOLUTIVO hasta regresar al punto de partida original.
Los CUERPOS LUNARES, es obvio que tienen un principio y un fin. los Monjes del ZEN no se equivocan, pues, cuando tratan de disolverlos.


VENERABLE MAESTRO SAMAEL AUN WEOR...