jueves, 28 de junio de 2007

EL VERDADERO ORIGEN DEL HOMBRE ...


EL VERDADERO ORIGEN DEL HOMBRE
Esta noche, amigos, vamos a comenzar nuestra plá­tica, en relación precisamente con el enigma del hombre, que es necesario conocer con el propósito de formarnos una idea clara sobre sí mismos.Ante todo conviene que tratemos de conocer el origen del hombre: de dónde vino y cuál fue, pues, el motivo fundamental de su existencia. Mucho es lo que se ha dicho sobre el hombre, y es necesario entrar en un terreno más profundo.Actualmente vive, sobre la faz de la Tierra, una población de cerca de unos cuatro mil quinientos millones de personas; lo que puebla la faz de la Tierra, obviamente es la Raza Aria. Los continentes actuales están densamente poblados: Europa, América, Asia, Africa, Oceanía, son cinco continentes donde se desenvuelve una humanidad.Si preguntamos nosotros de donde ha salido esta humanidad, cuál es su origen, ¿piensan acaso, ustedes, que esta humanidad, que puebla los cinco continentes, tuvo su origen en los mismos? Se encontraron restos humanos en las grutas de Grimaldi, y se ha tratado de reconstruir la historia o la prehistoria, sobre las razas de Grimaldi y de Cro-magnon.Se han encontrado osamentas de gigantes (en el Brasil se encontró una figura, o un esqueleto humano, pues, de seis a siete me­tros de estatura); en distintas partes se han en­contrado esqueletos de gigantes. También se han encontrado esqueletos, sobre todo en las cavernas de Cro-magnon, de seres humanos que parecen simplemente gorilas, orangutanes, o algo por el estilo. De todo esto se ha deduci­do, equivocadamente, que la raza humana posiblemente venga de los simios, o de los changos.La teoría de Darwin tuvo mucha resonancia en su época y se pensó que el hombre venía del mono. Este asunto inquieta mucho a la humanidad; de tiempo en tiempo, se trata de saber si el hombre vino del mono, o si el mono vino del hombre. ¿Quién vino de quién? Por épocas, se apaga esta inquietud, por épocas resurge nuevamente la misma inquietud.Por ahí un pseudocientífico, una especie de "nene consentido de mamá", tuvo la idea de que la raza humana venía de los salvajes (decía él); y claro, esto le gustó mucho a mamá, pero al fin y al cabo no resolvió nada.¿Quién vino de quién? No pienso que toda esta población, de los cuatro mil quinientos millo­nes que puebla el mundo actualmente, haya venido de estos cinco continentes. No lo pien­so, porque resulta que el mundo ha cambiado de fisonomía varias veces. Antes de tener esta fisonomía que ustedes ven en el mapa, o en cualquier otro hemisferio, tuvo una fisonomía dis­tinta. Hay mapas más antiguos; existen ma­pas diferentes que se han encontrado en otros rincones del mundo, donde la fisonomía de la Tierra aparece distinta. Así que, no ha tenido siempre los mismos continentes, no ha tenido siempre la misma fisonomía. En otro tiempo, tuvo una fisonomía distinta: lo que hoy son Polos, era Ecuador, y lo que hoy es Ecuador, fue Polos. Entonces los actuales continentes no exis­tían, o existía parte de ellos (que surgía del fondo de los mares), y había un continente den­samente poblado, que estaba ubicado en el Océano Atlántico.Así que, la fisonomía del mundo era distinta. Entonces no creo, en modo alguno, que el origen de la raza humana esté en los actuales continentes.Cuando la raza humana se desenvolvió en la antigua Atlántida, fue muy diferente. Los simios o especies de hombres simios encontra­dos en las grutas de Cro-magnon y de Grimaldi (y otras cavernas), pertenecen más bien a los descendientes involucionados, a degeneraciones de la raza de los atlantes.Yo digo que así como existe evo­lución en las plantas (y la involución también), que así como existe evolución en los animales (e involución también), o en los humanos, etc., también tiene que existir la evolución y la in­volución en las civilizaciones. Por ejemplo, cuando uno platica con ciertas tribus del mundo, situadas ya en el Occidente o en el Oriente, se da cuenta de que tienen tras de sí enormes civilizaciones, que tienen o que conservan, en su memoria, leyendas que co­rresponden a sus antepasados (antepasados ya desapareci­dos, de antiquísimas civilizaciones), y hablan de tales antepasados con mucho éxtasis. Los mis­mos caníbales, que parecen tan primitivos, tras de sí tienen tradiciones enormes: conservan tradiciones de épocas inmemoriales, de enor­mes ciudades, etc., etc., etc. Entonces, no son primitivos, son sencilla­mente degenerados, involutivos (ciertas tribus muy crueles y sanguinarias, salvajes, son involuciones, o descendientes de antiguas civiliza­ciones). Es difícil encontrar, hoy en día, gen­tes verdaderamente primitivas, y es que las razas humanas evolucionan e involucionan.Antes de que existieran estos cinco conti­nentes, repito, existía la Atlántida. Hoy por hoy, estamos muy enamorados de la civilización moderna: nos maravillan sus cohetes ató­micos que viajan rumbo a la Luna, o a la esfera de Júpiter, o al mundo Venus; nos sor­prenden los experimentos atómicos, las investigaciones fisiológicas, el estudio sobre las cé­lulas vivas, etc. Estamos tan fascinados nosotros con esos experimentos, que firmemente hemos llegado a la conclusión de que es la ci­vilización más poderosa que ha existido en el mundo. Hemos caído en una especie de sistema geocéntrico (digo así porque en otros tiempos, us­tedes saben muy bien que se creía que todos los as­tros giraban alrededor de la Tierra, en la Edad Media, pues nosotros hemos caído en una especie así como de geocentrismo, cuando pen­samos que toda la historia del mundo tiene que girar alrededor de nuestra tan cacareada civilización). Pienso que se necesita una espe­cie de geocentrismo moderno, un nuevo Isaac Newton que sea capaz de demostrarnos que nuestra tan cacareada civilización no es más que una de las tantas y tantas civilizacio­nes que han existido en el planeta Tierra. Un día llegará, en que se podrá demostrar esto concretamente.Hay sistemas, hay métodos, por medio de los cuales uno puede evidenciar el hecho de que tras la civilización nuestra, que parece tan relumbrona, existió otra civilización más poderosa que la nuestra.Bueno, quiero refe­rirme ahora, en forma enfática, a los Anales Akáshicos de la Naturaleza, a la Memoria de la Naturaleza (y es que la naturaleza tiene memoria).Los experi­mentos con el Carbono 14, por ejemplo, nos han demostrado que la Luna es más antigua que la Tierra, y también nosotros podemos demostrar que hay sistemas mediante los cuales es posi­ble leer las memorias de la naturaleza. Los Registros Akáshicos son una realidad (un día caerán en manos de los científicos; no lo niego).Nosotros, los gnósticos, tenemos procedimien­tos mediante los cuales podemos estudiar los Registros Akáshicos de la Naturaleza; quien quiera estudiar esos Registros Akáshicos, tendrá que desarrollar en forma extraordinaria el loto de los mil pétalos, que está relaciona­do con la glándula pineal (el Chacra Sa­hasrara) y los poderes latentes que se ha­llan en la glándula pituitaria (el loto de los doce pétalos y de las noventa y seis radiaciones). Este par de glandulitas son extraor­dinarias. Desarrolladas, nos dan acceso al ul­tra, a las extrapercepciones, y también a los Registros Akáshicos de la Na­turaleza.Cuando uno estudia los Registros Akáshicos de la Naturaleza, ve en ellos una especie de películas vivientes, o a modo de películas vivientes, toda la historia de la Tierra y de sus razas. Los sabios que han podido estudiar los Registros Akáshicos, saben que la Atlántida fue una realidad, que fue un enorme continente que se extendía del Sur hacia el Norte. Este gigantesco continente sirvió de escena­rio para la raza que nos precedió en el curso de la Historia. Me refiero a la gran raza de los atlantes, una raza de gigantes (por eso es que la leyenda de los siglos nos habla de Briareo, "el de los cien brazos"). Una raza de verdaderos cíclopes. Tal raza llegó a te­ner una civilización poderosa, millones de veces más poderosa que la nuestra.En materia de trasplantes, trasplantaban vísceras de toda especie: hígados, riño­nes, corazón, y lograban hasta el trasplante de cerebros (eso fue formidable). En el campo de la Física Nuclear, consiguieron el alumbrado atómico en forma masiva: todas las ciudades usaban el alumbrado atómico, los campos es­taban iluminados por energía nuclear, sus ca­sas por energía atómica. Dentro del terreno de la mecánica, puedo asegurarles que sus automóviles no sólo eran anfibios, sino que también podían volar por los aires, y eran propulsados por energía nuclear (extraían la energía no solamente del Uranio y del Ra­dio, sino de muchos otros metales, y de muchos gra­nos vegetales también, y les salía muy barata). En materia de navegación aérea, tuvieron naves más poderosas que las actuales, verda­deros barcos voladores, o buques volantes, propulsados por energía nuclear. Viajes a la Luna, los hicieron mejores que los que están haciendo ahora tirios y troyanos. Tuvieron cohetes atómicos sorprendentes, con los que viajaban a la Luna, y no solamente descendían en la Luna aquellos astronautas: descendían también en cualquier planeta del sistema solar. De manera que no­sotros no les damos ni a los talones; con nuestra tan cacareada civilización y esta pseudosapiencia moderna, no les damos ni a los talones, no ser­vimos ni para limpiarle el polvo de los zapa­tos a los atlantes. En cuestiones de Anatomía y de Biología, hicieron progresos que ni remotamente sospe­chamos. Katie King (Ketabel), "la de los tristes destinos", una reina atlante, logró conservarse viva (y con toda su juventud, durante miles de años). Desgraciadamente (y he ahí cómo se inició la decadencia de la civilización atlante); ella estableció una antropofagía, digna de lamentarse. Así comenzó la degeneración o involución de los atlantes. Se sacrificaban entonces, doncellas, jóvenes, etc., a los Dioses, con tales o cuales propósitos. Luego los cadáveres, cualquier cadáver sacri­ficado (joven), era llevado al laboratorio y allí se le extraían determinadas glándulas que necesitaba la famosa Ketabel "la de los tristes destinos", y esas glándulas servían para reemplazar glándulas gastadas de Ketabel. Pero no solamen­te se extraían, de los cadáveres, simplemente las glándulas físicas; no. Hoy los famosos científicos modernos están tan degenerados, que ya no saben manejar los principios de la vida. Los sabios atlantes sí sabían ma­nejar los principios vitales, contenidos en tales glándulas endocrinas (no ignoraban los sabios atlantes que las vibraciones del éter, o mejor dijéra­mos los Tattvas, entran en las glándulas endocrinas, o pequeños micro laboratorios que producen hormonas, y jamás salen de allí); sabían manejar esos Tattvas, o vibraciones del éter universal: cuando hacían un trasplante de glándulas a Ketabel, lo hacían conjuntamente con el manejo de los Tattvas, pues manipulaban las vibraciones del éter o principios de la vida. De manera que los científicos eran inmensamente superiores a los endocrinólogos modernos, que nada saben de estas cosas, que ignoran hasta la existencia de los Tattvas, pues nunca se han tomado la mo­lestia de estudiar a Ramá Fasá, o al Dr. Krumm Heller.Fueron enormemente aventajados los atlan­tes. Existía una Universidad Atlante maravi­llosa. Quiero referirme, en forma enfática, a la Sociedad Akaldana, una verdadera Universidad de sabios. Estos estudiaron la Ley del Eterno Heptaparaparshinok (la Ley del Siete) a la maravi­lla; aprendieron a concentrar los rayos solares para hacerlos penetrar en determinadas cáma­ras; sabían transformar los siete colores del prisma solar, es decir, sacar "la positiva" o "diapositiva" de los rayos del prisma solar.Una cosa es ver los siete colores prismáticos, y otra cosa es transformarlos, en forma positiva, sacarles "la positiva". Los científicos modernos han estudiado los siete colores fundamentales del espectro solar, pe­ro no le han sacado la diapositiva a esos siete colores. Los sabios atlantes sabían sacarle la positiva real a los siete colores del prisma solar, y con esa "positiva" de los siete colores, realizaban verdaderos pro­digios.Recuerdo, al efecto, el caso de dos sabios chinos que hicieron experimentos (también al estilo atlante), con los siete colores del espectro solar. Sacando "la positiva", por ejemplo, de los siete colores, pusieron un opio ante un rayo co­loreado, y entonces vieron como el opio se trans­formaba en otras sustancias. Pusieron un pedazo de bambú, humedecido en determinada sustancia de un color azul, por ejemplo (positivo y negativo del espectro solar), y se vio cómo el bambú se teñía firme­mente con el color azul... Se hizo pasar, por ejemplo, el sonido (tales notas: la nota Do, o Re, o Mi), en combinación con determinado color, y se vio cómo la nota alteraba el color, le daba otro color completamente diferente. Se usaron los siete rayos, en su forma positiva, para realizar prodigios en el Continente Atlan­te; se estudió a fondo la Ley del Eterno Heptaparaparshinok.Un sabio, que usaba leche de cabra, al mezclada con resina de pino sobre una placa de mármol, vio como al descomponerse aquella leche con la resina, formaba siete capas distintas, e indujo (en la Atlántida), a estudiar la Ley del Eterno Heptaparaparshinok, la Ley del Siete.Los atlantes, pues, consi­guieron hacer verdaderas maravillas en el te­rreno de la ciencia; eran científicos y eran magos a la vez: creaban un robot y a ese robot lo dotaban de un prin­cipio inteligente, de un Elemental vegetal o animal que hacía las veces de Alma o Espí­ritu del robot. De manera que aquellos robots se convirtieron en verdaderas criaturas vivientes que servían a sus amos, a sus señores.Esa Raza Atlante existió antes de que exis­tiera la actual raza humana. Tuvieron enor­mes ciudades, pero desgraciadamente, degeneraron como ya dije: crearon la bomba atómica y aún ar­mas más mortíferas, y en la guerra se devastaron ciu­dades enteras, múltiples ciudades se convirtieron en un holocaustos, pero en holocaustos atómicos.Si creemos ser nosotros los sabios más grandes del universo, pues estamos equivocados, porque tras de nosotros existió una raza más poderosa, más civilizada, más culta. En verdad que nosotros, junto a ellos, no somos sino bárbaros, incivili­zados e incultos. ¡Lástima que la Atlántida se haya degenerado, y es que toda raza nace, crece, se desarrolla y muere!En la decadencia de la Raza Atlante, suce­dieron cosas horribles: la humanidad degeneró (en los vicios, por cierto), en el homosexualismo, en el les­bianismo, en las drogas, etc., etc., etc. Se abu­só de todo, ya en el tiempo de la degeneración, y obviamente tenía que ser destruida esa raza. ¿Que tuvo siete subrazas? Nadie lo puede negar, pero al fin degeneró.Los sabios de la Sociedad Akaldana hicieron experimentos notables; fueron los pri­meros que usaron La Esfinge, que colocaron frente a la universidad. Mucho más tarde, en el tiempo, cuando los sabios de la Sociedad Akaldana comprendieron que una gran catástrofe se acercaba, emigraron a un peque­ño continente que se llamaba "Graboncsi" (me refiero al Continente Africano, que en prin­cipio era pequeño. Más tarde nuevas tierras, que emergieron del fondo de los mares, hicie­ron grande al Continente Graboncsi, hoy Africa). Los miembros de la Sociedad Akaldana se situaron, al principio, hacia el sur del Continente Africano; después emigraron hacia "Cairona" (hoy El Cairo). En las tierras de Nívea, del Nilo, o de Egipto, allí establecieron su famosa Universidad y La Esfinge (frente a la misma).Las garras del león de La Esfinge representan el fuego; la cabeza de La Esfinge representa el agua; las patas de toro de La Esfinge representan al elemento tierra; las alas de La Esfinge, representan al elemento aire. Cuatro son las virtudes que se necesitan para poder llegar, uno, llegar a la autorrealización íntima del Ser: Hay que tener el Valor del León, la Inteligencia del Hombre, las Alas del Espíritu y la Tenacidad del Toro. Sólo así es posible llegar a la autorrealización íntima del Ser.La Sociedad Akaldana en Cairona, hoy El Cairo, estableció un Templo de Astrología. Entonces se estudiaban los astros, no con telescopios, como se hace hoy en día, sino con el sexto sentido. Cuando se examinan las pirámides (sobre todo la Gran Pirámide), se ven, a modo de tubos, ciertos canales que van desde el fondo, desde la pro­fundidad de una cripta subterránea hacia arriba, hacia la parte superior de la pirámide. Mucho se ha pensado o conjeturado sobre esos canales, pero esos eran telescopios, y el Observatorio no estaba arriba, sino abajo, en el fondo mismo de la cripta. Allí se ponía un recipiente con agua; en determinada fecha se sabía que tal astro sería visible, y ciertamente se reflejaba en el agua. Los adeptos de la Astrología observaban (en el agua) el astro en cuestión, no solamente con las facultades físicas, sino también con las psíquicas. En vez de mirar hacia arriba, miraban hacia abajo, hacia el agua, y allí en el agua, con el sexto sentido, estudiaban los astros.Los hermanos de la Sociedad Akalda­na, los grandes sabios, eran Astrólogos muy idóneos: nacía un niño, y de inmediato le levantaban su horós­copo. No horóscopos al estilo moderno, no horóscopos meramente convencionales y muy co­tizados; no, aquello era distinto: los sabios Astrólogos miraban los astros directamente. Con procedimientos que hoy se ignoran, podían leer el horóscopo de los niños y en éste, por cierto, jamás fallaban en sus profecías y en sus cálculos. A los niños se les casaba desde recién nacidos; ya se sabía cuál iba a ser su esposa y se les desposaba. No quiero decir que por tal motivo fueran a vivir juntos desde un principio, pues eso sería absurdo, pero ya se sabía, para la niña recién nacida, cuál iba a ser su marido, y el varón, a su tiempo y a su hora, era informado de quién iba a ser su mujer. Cumplida la mayoría de edad, se les unía en matrimonio.Los ciudadanos se orientaban con precisión matemática, y bajo la dirección de aquellos As­trólogos, en su oficio, o en su profesión. Sabían ellos para qué había nacido cada ciudadano, para qué sirve cada hombre, pues todo hombre sirve para algo. Lo importante es saber para qué sirve, y esos sabios Astrólogos sabían para qué servía cada criatura que nacía. ¡Nunca fa­llaban esos sabios de la Sociedad Akal­dana!Ellos salieron de la Atlántida, antes de que los terremotos y maremotos hicieran estreme­cer aquel continente (salieron a tiempo, pues sabían demasiado que el fin se acercaba). Claro, cuando vino la revolución de los ejes de la Tierra, cuando los Polos se convirtieron en Ecuador y el Ecuador en Polos, cuando faltaba poco para que aquél continente se estremeciera para hundirse en el fondo del tenebroso océano, los atlantes, incuestiona­blemente, ya habían sido advertidos. Fue en­tonces cuando las multitudes, espléndidamente vestidas, se reunieron en los templos (uno de ellos fue el Templo de Ra Mú). Enjoyadas las mujeres, y los hombres espléndidamente vestidos, clamaban diciendo: "¡Ra Mú, sálvanos!". Al fin apareció Ra Mú en el altar. Esas multitudes lloraban, pidiéndole: "¡Sálvanos!" Ra Mú les contes­tó: "¡Vosotros pereceréis, con vuestras mujeres y vuestros hijos, con vuestros bienes y con vuestros esclavos; ya os lo había advertido, Y así cómo ustedes morirán, así también vendrá una nueva civilización que se levantará en tierras nuevas (refiriéndose a nuestra Raza Aria), y si ellos proceden como ustedes han procedido, perecerán también. Es necesario saber que es más indispensable dar que recibir, saber dar que recibir".Total, de nada sirvieron las palabras de Ra Mú. Cuentan que el humo y las llamas ahogaron sus últimas palabras: se hundió la Atlántida con todos sus millones de habitantes. Hoy yacen palacios enteros, allá en el fondo del océano, y sirven de habi­táculo a las focas y a los peces; ciudades ente­ras se hallan sumergidas en el fondo del Océa­no Atlántico. Pereció ese gigantesco continente, más grande que toda América junta, desde el Canadá hasta Argentina y Chile. ¡Enorme continente, con una poderosa civilización!Así que nosotros, señores, no tenemos na­da muy especial. La civilización actual no es la primera, tampoco será la última; no es la más elevada, ni será la más grandiosa; hasta ahora ha sido la más pobre, la más degenerada. ¿Podemos nosotros, actualmente, conquistar el espacio? ¿Ya somos capaces de viajar en cohetes atómicos a Marte, a Mercurio, o a Venus? ¿Qué está en proyecto? Sí, pueden ha­ber lindos proyectos, pero actualmente, ¿ya lo hacemos? En materia de trasplantes, ¿ya se trasplantan cerebros? ¿Ya somos capaces de crear robots dotados de principios inte­ligentes? ¡Nada de eso; nosotros no tenemos por qué tener la presunción de ser los más poderosos, y ésta, nuestra tan cacareada civi­lización moderna, perecerá; de esta perversa civilización de víboras, no quedará piedra sobre piedra! Babilonia la grande, la madre de todas las fornicaciones y abominaciones de la Tierra, será destruida antes de muy poco tiempo. ¡Nos sentimos muy grandes con nuestros aviones supersónicos, creemos que somos los amos de la creación, pero antes de poco no quedará nada, absolutamente nada, de esta perversa ci­vilización de víboras!Así que, antes de que existiera esta raza que puebla los cinco continentes, existió la Raza Atlante. Descendientes de Atlántida, están los mayas, por ejemplo. Los mayas emigra­ron, ya hacia el Tíbet, ya hacia Egipto, ya hacia Centro América. ¡Parece increíble, pero en el Tíbet todavía se habla Maya, y el lenguaje Maya es un lengua­je sagrado-ritual del Tíbet. Recordemos que el Naga y el Maya son muy similares.Jesús de Nazaret aprendió Maya en el Tíbet. Aquella frase de Jesús: "Heli, heli, lamah zabactani" ("Señor, Se­ñor -dicen algunos- como me habéis glorificado"; otros dicen: "Señor, Señor, ¿por qué me habéis abandonado?"), bueno, tal frase no es hebrea. Por eso, cuan­do los judíos escucharon que El Cristo decía "Heli, heli, lamah zabactani", se dijeron a sí mismos: "Este llama a Elías, para que venga a salvarle". Sin embargo, cualquier indiecito de Yucatán o de Guatemala, le traduce a usted la frase "Heli, heli, lamah zabactani", porque resulta que es maya, no es hebrea. Por eso no la entendieron los judíos, y significa (de acuerdo con los mayas y la traducción que ellos le dan), "Me oculto en la prealba de tu presencia" (es una frase ritual Maya).Los turanios también fueron sobrevivien­tes de Atlántida, desdichadamente dedica­dos a la magia negra. Ellos lograron, también, llegar hasta el Tíbet (para colmo de los colmos), como llegaron otros descendientes, como los escogidos arios, y emigraron hacia la Persia antigua. La Gran Ley al fin pudo vencerlos y fueron des­truidos.Los Piel Roja son descendien­tes de la Atlántida; nuestros antepasados, los anti­guos Náhuatl: Zapotecas, Toltecas, etc., vinieron originalmente de la Atlántida; casi to­das las tribus de América, descienden de Atlántida.Así que, a medida que uno avanza en estos estudios, se da cuenta de que la raza actual no tuvo su origen (como muchos suponen), en los mismos continentes que habitamos, se da cuenta que viene de otra raza, que viene de la Atlán­tida. No viene de los simios (de los oranguta­nes, de los changos), como supone, neciamente, Mr. Darwin y sus secuaces; desciende, repito, del tronco atlante, y eso está demostrado.Pero los atlantes, con toda su poderosa ci­vilización, a su vez no descienden del Conti­nente Atlante. La Atlántida, con toda su poderosa civilización, fue grandiosa, pero los atlantes no descienden de Atlántida: descienden de Lemuria.La Lemu­ria fue un continente aún más antiguo que el Continente Atlante. Los lemures habitaron en un continente que existió en el Océano Pací­fico. Tratase de un gigantesco continente que se extendía en aquel mar enfurecido: un enor­me continente que cubría casi toda el área del Pacífico, más grande que la Atlántida, más grande que la Europa, más grande que el Asia. La civilización lemur, obviamente, fue poderosa; los lemures eran una raza de gigantes, de cíclopes (normalmente podían tener estatu­ras de cuatro y seis metros). Eran gigantes, era la raza de los gigantes. La Lemuria tuvo también una poderosa civilización, enormemente for­midable. En la Lemuria se levantaron enormes ciudades, ciclópeas, rodeadas de murallas de piedra y lava de volcanes. Muchas gentes ha­bitaron también en los campos, como ahora. Al principio, en la época prelemúrica, po­demos decirles a ustedes que existió una raza de hermafroditas, de hermafroditas lemures. La división en sexos opuestos, fue en la época postlemúrica. Así, podemos dividir la Lemuria, o a la raza lemúrica en dos tiempos: primer tiempo, existencia de los hermafroditas; segundo tiempo, división de la raza en dos sexos.Miremos la raza humana: en principio, no existían los sexos separados, la raza era hermafrodita. Entonces cada individuo sagrado, le­mur, tenía los órganos sexuales (masculino y femenino), totalmente desarrollados y se repro­ducían mediante el sistema de gemación: aquel hermafrodita eliminaba (de sus ovarios, naturalmente) mediante el menstruo, en determi­nado tiempo, un óvulo o huevo perfectamente desarrollado, del tamaño que puede ser como el de un ave, con una envoltura calcárea completa. Ese huevo, colocado en un ambiente especial, dentro de su interior, gestaba una nueva criatura. Y al fin, cuando esa criatura salía de su cascarón, se alimentaba de los pechos del Padre Madre (normalmente). Así se re­producían los lemures. El acto sexual no exis­tía, porque cada individuo era completo, por sí mismo. Su reproducción era mediante el sistema de gemación.Más sucedió que, cuando llegó la época postle­múrica, se vio claramente que algunos niños nacían con un órgano sexual más acentuado que otro (algunos nacían con el órgano masculino más desarrollado que el femenino, o viceversa), y tal proceso se fue haciendo cada vez más notorio, hasta que al fin sucedió que nacieron niños unisexuados (varones o hembras). Pero éste proceso, de división en sexos opues­tos, se realizó a través de varios millones de años, no fue de la noche a la mañana. Por eso se dice que "Eva fue sacada de la costilla de Adán" (es un símbolo para alegorizar la división en sexos opuestos). Cuando ya vino la división total en sexos opuestos, entonces se necesitó la cooperación para crear. El menstruo siguió existiendo en el elemento femenino, pero ya ese óvulo nacía infecundo, o venía infecundo. Se necesita­ba la cooperación con el sexo masculino, para que el óvulo fuera fecundado y así poder reproducir la especie.Los Elohim creadores, los Kuma­rats, reunían a las gentes para la reproduc­ción, en determinadas épocas del año. Era de admirar cómo esas razas, esas tribus, viajaban de uno a otro lugar para ir, o asistir, en determi­nadas fechas, a los templos donde habían de reproducirse. El acto sexual jamás se realizaba fuera del templo; ese sacramento sólo se realizaba en el templo, era un sacra­mento del templo, y las parejas, hombre y mujer, en los patios empedrados de los tem­plos, se unían sexualmente para crear, bajo la dirección de los Kumarats.La humanidad gozaba de las facultades es­pirituales: podía percibir, perfectamente, todas las maravillas de la naturaleza y del cosmos. Su capacidad de visión le permitía ver la mi­tad de un Holtapannas, es decir, la mi­tad de la totalidad de las tonalidades del color universal (bien sabemos nosotros que un Hol­tapannas consta de cinco millones y me­dio de tonalidades del color). El oído era penetrante, cómo para poder cap­tar las sinfonías del universo; el olfato era tan agudo, que podía perfectamente sobrepasar al de los perros hoy en día. Era una humani­dad que podía usar, en su alfabeto, cincuenta y un vocales y trescientas consonantes articulables. No había degenerado, pues, el po­der del verbo, de la palabra; se hablaba en el lenguaje universal, que tenía poderes sobre el fuego, sobre el aire, sobre las aguas y sobre la tierra. Era una humanidad superior, millones de veces superior a la nuestra: construyó poderosas civilizaciones y también supo utilizar la energía del átomo y de los rayos cósmicos; tuvo naves, con las que viajó a través del espacio infini­to, naves maravillosas.Cualquier ser humano, en la Lemuria, po­día vivir de doce a quince siglos, es decir, algo más de mil años. Era una raza fuerte, vi­gorosa; podía perfectamente, agarrar una piedra y lanzarla con gran fuerza, allá lejos; una piedra que hoy necesitaríamos nosotros, para moverla, una poderosa grúa, y quizás ni con grúa lo haríamos.Así que, los lemures fueron una raza vigo­rosa, muy fuerte. Sin embargo, el origen de la raza de los lemures tampoco estuvo en el Pacífico, como se cree. Los antepasados de la Lemuria estuvieron en el Continente Hiperbóreo, que como especie de herradura, cierra alrededor del Polo Norte y del Polo Sur. En el Continente Hiperbóreo existió una raza poderosa de andróginos (no ya de hermafroditas, sino de andró­ginos). No era una raza que, simplemente, pudiera posarse sobre la corteza terrestre, como los lemures; no, los hiperbóreos fueron diferen­tes: flotaban en la atmósfera, en al atmósfera de aquellos días. Sin embargo, crearon su civilización (muchos han pensado que los hiperbóreos jamás conocieron la guerra, pero en realidad de verdad sí hubo una raza de hiperbóreos que supo hacer guerras). Entonces, los reinos mineral, vegetal, animal y humano, se mezcla­ban mucho. Existían minerales-vegetales y vegetales-minerales, animales-vegetaloides y vegetaloides-­animales. En cuanto a los seres humanos, eran completamente andróginos; podían alar­gar sus cuerpos a voluntad, hasta tomar enor­mes estaturas, o disminuirlos hasta el es­tado de punto matemático.Los hiperbóreos se reproducían como se reproducen los corales (así se reproducían), es decir, por brotación. Bien sabemos que hay plantas que pueden reproducirse por simple brotación: que siembra como un retoño, y éste crece y se desarrolla. Así también, en aquellos cuerpos podía nacer algún brote que luego se desprendía y daba origen a una nueva criatura que se alimentaba del Padre Madre.Fue una raza muy guerrera, de hombres altos y delgados. Protegidos con grandes escudos y esgrimiendo lanzas, usaban armas desconocidas y peleaban con otras tribus.Los hiperbóreos vivieron en una época muy distinta de la historia del mundo. Poseían la visión espiritual, totalmente desarrollada, es decir, tenían la glándula pineal so­bresaliente, lo que les permitía ver el ultra de todas las cosas. Si pensamos en que una planta es el cuerpo físico de un Elemen­tal, pues entonces cada planta tiene Alma y el Alma de cada planta es un Elemental ve­getal. Los hiperbóreos, cuando miraban un bos­que, no lo veían como lo vemos nosotros hoy día (co­mo un conjunto de árboles, o algo por el estilo), porque para ellos ese bosque era un bosque de gigantes, con enormes brazos que como los de "Briareo" (el de los cien brazos), se movían a derecha e izquierda. Aquel bosque no era algo silencioso, sino que se escuchaba por aquí, por allá y acullá, las voces de los colosos o gigantes, es decir, de los Elementales de los árboles gigantescos. Era otro modo de ver las cosas, no como ahora las vemos ahora, con esta vista miserable que poseemos, que solamente ve las cosas físicas, sino que era otra vista: era la vis­ta que nos permitía ver las dimensiones su­periores de la naturaleza y del cosmos; era una vista diferente (penetrante, omnis­ciente); veíamos la Tierra como era y no como aparentemente es, no como la estamos viendo ahora.Había sabiduría y conocimientos, superiores a los que ahora poseemos. Todo lo que sa­bemos nosotros ahora, no sirve más que para estructurar un poco el intelecto, y eso es todo. Los hiperbóreos eran más sabios, y estaban go­bernados por el Superhombre, por los Superhombres de todos los tiempos y de todas las edades.Tuvieron reinos y civili­zaciones, pero tampoco su origen racial estaba en el Continente Hiperbóreo. Ellos sabían que sus antepasados habían quedado atrás, en el tiempo. Los antepasados de los hiperbóreos fue­ron los Hombres Protoplasmáticos, los Hombres Polares, los Hombres Glaciares de la primera raza (ésta vivió en el Casquete Polar del Norte).Uno no puede menos que reírse del "proto­plasma" aquel (el de "la pizca de sal") de Haeckel y sus secuaces, que creen que de allí vino la vida, de acuerdo con el dogma inquebrantable de la evolución, aceptado también por Darwin y sus secuaces (no, el protoplasma tiene más antigüedad). Tampoco es el "proto­plasma" aquel de otros autores, "flotando en el océano". No, pensemos en el Hombre Protoplasmático, pensemos en la ra­za protoplasmática, que existió en la "Isla Sagrada", esa isla que fue la primera en existir y que será la última en dejar de existir. Quiero referirme a la Tierra Nórdica, a la "tierra de cristal" (cómo dijeran nuestros antepasados de Anáhuac), a la lejana "Tule", al continente ese que está cubierto ahora por los hielos del Polo Norte. Dicho continente ocupaba, en aquella época, la zona ecuatorial del mundo, puesto que la posi­ción era diferente: el Ecuador actual era Polo y los Polos eran Ecuador.Era de enormes y profundos bosques, y se creó una gigantesca civilización polar. La Tie­rra era de un azul magnífico, bellísimo; las montañas eran transparentes como el cris­tal. La raza humana se reproducía por el siste­ma ese que conocemos todavía, en nuestro organismo, en la sangre: el de la división celular. Bien sabemos que la célula germinal se divide en dos y comienza el proceso de gestación de los nueve meses. La célula ger­minal se divide en dos, las dos se dividen en cuatro, las cuatro en ocho, y así comienza el proceso de gestación, mediante la división celular. Todavía existe ese proceso en nuestra san­gre. ¿Por qué existe? Porque existió, y los hombres polares se reproducían con ese proceso: en determinado tiempo, el organismo del Padre Madre se dividía en dos (como se divide la célula viva) y así se reproducían, por el proceso, pues, de división celular. Cuando nacía una criatura, se festejaba aquello como un gran acontecimiento. En los templos, se reunían los hierofantes, para trabajar sobre los elementos de la naturaleza, y los símbolos esotéricos se usaban (en aquella época) en for­ma diferente, para indicarnos que la vida iba hacia la materialización, hacia lo físico.Los hombres de la época polar podían alargar sus cuerpos a voluntad o achicarlo, hasta conver­tirlo como en un punto matemático. Eran andróginos, y tan pronto podían poner a flote el aspecto femenino (para entonces aparecer como hermosas damas), o sumergir, en sí mismos, el aspecto femenino, para hacer aflorar, poner a flote el aspecto masculino. Es decir, eran verdaderos andróginos divinos: en su imaginación se reflejaba en el firma­mento estrellado, parlaban el verbo de oro, que como un río corre bajo la selva espesa del Sol. Entonces Uriel, gran Maestro venido de Ve­nus, les enseñó las Artes y la Ciencia. Uriel dejó un libro escrito con runas, libro que estudiaron, entonces, los hombres de la época polar (o de la Epoca Primaria, si se le quiere llamar así), de la Raza Protoplasmática.Todo eso está escrito en los Registros Akáshicos de la Naturaleza. Si us­tedes desarrollan la epífisis y la hipófisis, con ese par de glandulitas, debidamente concentrados, podrán revisar todos estos escri­tos, podrán verificar, por sí mismos, lo que actualmente estoy diciendo.¿De dónde salió la Raza Polar, cuál fue su origen? Ellos sabían, muy bien, que se habían desenvuelto en una época anterior, o que habían vivido, pues, en una dimensión superior (en la cuarta coordenada); ellos sabían que allí habían actuado y habían conocido los miste­rios del universo. Y los hombres de la cuarta coordenada no ignoraban que habían venido de la quinta, y los hombres de la quinta coordenada no ignoraban que habían venido de la sexta coordena­da, y los hombres de la sexta dimensión no dudaron jamás que ellos se habían desarrollado desde el germen original primitivo. De manera que el germen elemental (atómico, primitivo) de la raza humana, existía an­tes de que existiera el universo, estaba entre el caos.Los gérmenes de la raza humana, de los elementos vegetales y de las especies animales, estaban entre el caos; antes de que existiera el universo, esos gérmenes dormían entre el caos. Cuando el universo se estremeció con el Verbo, cuando el Verbo creador del primer instante puso en movimiento todos los átomos, esos gérmenes surgieron de entre el caos: hi­cieron su primera manifestación en la séptima dimensión, se cristalizaron y desenvolvieron un poco más en la sexta, luego en la quinta, posteriormente en la cuarta, y llegó el día en que aparecieron tales gérme­nes (ya con cierto desarrollo), en nuestro pla­neta Tierra, posados sobre una Tierra protoplasmática, como simple protoplasmas vivientes.De manera que la raza humana viene del caos, se desenvolvió en el caos, se desarro­lló en el caos y existe actualmente. Un día, los organismos humanos regresarán al estado germinal primitivo y volverán al caos (del caos salieron y al caos volverán).Un día nuestra Tierra fue un protoplasma; más tarde, nuestra Tierra será un cadáver, una nueva Luna (después de la séptima raza). Entonces la vida se desenvolve­rá en las esferas superiores y volverá al caos, porque del caos salió y al caos habrá de volver.Hasta aquí mi plática de esta noche. Los que quieran preguntar algo, pueden hacerlo con la más entera libertad.P.- Maestro: ¿podría hablarnos algo sobre la Ciencia de los Jinas?R.- Ya hablamos ampliamente, anoche, sobre la Ciencia Jina. Hoy no me propongo hablar tanto sobre la Ciencia Jina, puesto que hoy estamos hablando, exclusivamente, sobre Antropología Gnóstica. ¿Algún otro tiene algo que preguntar?P.- En ese "caos" que usted menciona, ¿desde allí se empezaron a gestar los Yoes?R.- Los Yoes nada tienen que ver con el caos; son una creación diabólica de nosotros, de nuestros errores, aquí y ahora. El caos es el caos y la razón de ser del caos, es el mismo caos. El caos es sagrado; allí están latentes los gérmenes de la vida, allí se desarrollan y desde allí se desenvuelven y descienden, luego, de dimensión en dimensión, hasta aparecer aquí, en forma concreta. ¡Eso es todo! ¿Alguna otra pregunta?P.- Maestro: quisiera preguntarle si hay alguna documentación escrita sobre la conferencia que acabamos de escuchar de sus labios.R.- Yo escribí, alguna vez, un "Mensaje de Navidad" (1.968-1.969), donde hablo de todo eso. A ver si de pronto, les hago llegar a ustedes ese "Mensaje de Navidad", donde yo escribí sobre todo eso.Sin embargo, hay otros autores que han dilucidado mucho sobre cuestiones de Antropogénesis. Muy especialmente, puedo recomendarles el segundo volumen de "La Doctrina Secreta", titulado "Antropogénesis", cuya autora es la Maestra Helena Petronila Blavatsky. También Rudolf Steiner, por ejemplo, en su "Tratado de Ciencia Oculta", da muchas luces sobre el particular. Yo puedo hablarles a ustedes (sobre esto) ampliamente, debido al hecho concreto de que esto que estoy explicando, lo he vivido. De manera que no necesito estudiarlo para decirlo: lo he vivido, y no les he ampliado hoy todo el tema, lo que quisiera, porque nos echaríamos toda la noche; ni en mil noches acabaría yo de explicarles a ustedes todo el desarrollo de este universo, desde que surgió del caos. En todo caso, lo he vivido y lo conozco por experimentación directa.¿Alguno de ustedes tiene algo más que preguntar?P.- Algunos autores hablan del "caos" y del "cosmos". ¿Hay diferencias, entre uno y otro?R.- Del caos sale el cosmos. Indubitablemente, mediante la Ley del Tres, es decir, mediante el Santo Triamanzikanno, es posible realizar creaciones de unidades nuevas. Cuando las tres fuerzas (positiva, negativa y neutra) coinciden todas en un punto dado, se realiza una creación. No sería posible la creación de cualquier unidad cósmica nueva, sin la conjunción de esas tres fuerzas que forman, en sí mismas, el Santo Triamanzikanno. Estas tres fuerzas son: el Santo Afirmar, el Santo Negar, el Santo Conciliar. Pero crear es una cosa y organizar es otra cosa. Se puede crear, pero si no hay organización, ¿de qué serviría la creación? Para que un cosmos (que significa, entre paréntesis, "orden de mundos") surja a la existencia, se necesita de otra ley. Quiero referirme, en forma enfática a la Ley del Eterno Heptaparaparshinok, es decir, la Ley del Siete. Mediante la Ley del Triamanzikanno se hace la creación, pero mediante la Ley del Siete se hace la organización de lo que se ha creado (en la forma de un cosmos).Así pues, nuestro sistema solar existe gracias a dos leyes: primera, la del Santo Triamanzikanno; segunda, la del eterno Heptaparaparshinok. Gracias a esas dos leyes, existe actualmente nuestro sistema solar y nuestro planeta Tierra. Del caos surgió, pues, un cosmos y del caos surgen todos los cosmos. Luego, de las tinieblas, sale la luz...¿Alguna otra pregunta? Bueno, como no hay más preguntas, daremos por terminada esta plática.


VENERABLE MAESTRO SAMAEL AUN WEOR...

EL HOMBRE Y LA RAZON ...


EL HOMBRE Y LA RAZON
Queridos hermanos gnósticos: vamos hoy a platicar sobre el Hombre y la Razón.La mayor parte de los seres humanos que actualmente pueblan la faz de la Tierra, solamente poseen el racionalismo subjetivo; todavía no han desarrollado, en sí mismos, la razón objetiva.Es bueno que ustedes entiendan que la razón subjetiva tiene por fundamento los datos sensoriales, es decir, elabora sus conceptos de contenido con los datos proporcionados por los sentidos externos.Es urgente que ustedes entiendan que la razón objetiva tiene por fundamento los datos de la Conciencia.La razón subjetiva está completamente atrapada por los cinco sentidos. Sus conceptos de contenido, elaborados mediante las percepciones sensoriales externas, resultan demasiado pobres, por lo que nada puede saber (el racionalismo subjetivo) sobre lo real, sobre la vida, sobre la muerte, sobre eso que es la verdad.Si los conceptos de contenido de la razón subjetiva, únicamente pueden ser elaborados con los datos proporcionados por los sentidos externos, incuestionablemente tendrá, siempre, un círculo vicioso, dentro del cual se moverá. Este círculo vicioso es el mundo tridimensional de Euclides.¿Cómo podría, la razón subjetiva, saber algo sobre lo real, sabiendo uno que pertenece al mundo sensorial externo? ¿En qué forma podría conocer lo real? ¿Qué puede saber, la razón subjetiva, de los Misterios de la Vida y de la Muerte, o sobre el Alma, o sobre el Ser? Ya Don Emmanuel Kant, el filósofo de Königsberg, demostró claramente que la razón subjetiva nada puede saber sobre Dios, sobre la verdad. Es obvio que si su racionalismo se fundamenta en los datos aportados por los cinco sentidos, incuestionablemente tiene que moverse dentro de la órbita de los cinco sentidos, jamás podría salirse de esa órbita. Si alguien quiere saber algo más, si alguien intenta saber qué es la verdad, si alguien quiere conocer los Misterios de la Vida y de la Muerte (eso que está mas allá de la región tridimensional de Euclides), es claro que tendrá que desarrollar, en su constitución psíquica, interior, la razón objetiva.Así pues, conviene que reflexionen en esto, claramente, los que escuchen esta grabación.Quienes no poseen la razón objetiva, son exclusivamente máquinas automáticas, encargadas de asimilar, transformar y retransmitir, a las capas anteriores de la Tierra, las energías planetarias. Empero, quienes ya poseen la razón objetiva, se escapan de esta ley, se convierten, de hecho, en individuos sagrados.La razón objetiva, basa sus funcionalismos en los datos que la Esencia le proporciona. Es bueno saber que en la Esencia están las partículas de dolor de nuestro Padre que está en secreto (si esas partículas son usadas sabiamente, podemos, mediante ellas, despertar Conciencia). En la Esencia está la religión, la sabiduría, el Buddha, y en general todos los datos que necesitamos para orientarnos en el camino de la Revolución de la Conciencia.Cuando la razón objetiva se ha desarrollado, suele ser incomprendida por la humana personalidad; quienes no han desarrollado la razón objetiva, en sí mismos, tampoco son capaces de comprender los datos depositados en la Esencia.Así pues, es conveniente saber que la razón objetiva se alimenta, ciertamente, con los datos de la Esencia y con los intuitos que vienen de los mundos superiores.En los tiempos antiguos, los lemures tuvieron desarrollada la razón objetiva. Muchas gentes, en la Atlántida, poseyeron tal tipo de razón. Los hombres de la Epoca Polar y los hiperbóreos, obviamente poseyeron la razón objetiva. Es lamentable que por esta edad misma, del Kali Yuga, sean muy pocos los que tienen desarrollada, en su naturaleza interior, la razón objetiva.El racionalismo subjetivo es lo que está de moda, es lo que predomina en estos tiempos. El racionalismo subjetivo, forma las personalidades kalkianas. Entiéndase por "personalidades kalkianas", a esas gentes pseudoesoteristas, pseudoocultistas, y estos pseudocientíficos de la época moderna, con su toda clase de sabihondeces y tonterías. ¡Nunca habían habido tantas tinieblas, como en esta época del Kali Yuga!Los pocos que han desarrollado la razón objetiva, de hecho tienen acceso a la ciencia pura. Distíngase entre el pseudocientificismo de esta época del Kali Yuga, y la ciencia pura. Las personalidades kalkianas, los sabihondos de la Torre de Babel, los "genios" del racionalismo subjetivo, jamás tendrán acceso a la ciencia pura.Como ejemplo de lo que es la ciencia pura, en plena oposición con el pseudocientificismo ultra moderno, vemos lo siguiente: los científicos de la Torre de Babel, lanzan al espacio cohetes (artefactos pésimos, impulsados por combustión volátil), y haciendo proezas de circo, logran al fin (los llamados astronautas) desembarcar en la Luna. He ahí un producto del racionalismo meramente subjetivo.Un ejemplo de ciencia pura, lo tenemos nosotros en las naves interplanetarias, impulsadas por energía solar (no se necesita, en esas naves, el combustible líquido), que viajan a velocidades más rápidas que la de la luz, de galaxia en galaxia. Tampoco se necesitan, allí, aventuras de cirqueros, como las de los famosos astronautas, ni nada por el estilo. Esto pertenece, como ya dije, a la ciencia pura, a la razón objetiva.Mirando esto, pues, en plena confrontación lógica, vemos (del lado del racionalismo subjetivo) a los cohetes de cirqueros, y del lado de la ciencia pura y de la razón objetiva, encontramos nosotros las naves de los extraterrestres. Cuando uno habla de las naves de los extraterrestres, que viajan de galaxia en galaxia, sonríen muchos escépticos e incrédulos. Sin embargo, ya un celebre Doctor de la NASA fue llevado a una de esas naves, y escribió un libro que está en circulación. Lo que estamos diciendo, pues, tiene plena confirmación.Los hombres del racionalismo subjetivo, pretenden inventar sueros para alargarse la vida, pero jamás han logrado inmortalizar a nadie. Hombres tan famosos cómo Eisenhower, Stalin y muchos otros, murieron rodeados por grandes científicos, por grandes médicos (esos son los "milagros" del racionalismo subjetivo). En cambio, por oposición, los hombres de la ciencia pura, los grandes alquimistas de la Edad Media y de todos los tiempos, mediante su famosa Piedra Filosofal (tan mal comprendida, tan incomprendida por las gentes ultramodernas), han logrado y logran siempre el Elixir de Larga Vida, con el cual pueden vivir, realmente, millones de años. Estamos afirmando algo que hará sonreír (naturalmente) a las gentes del racionalismo subjetivo. Ellos, tales gentes, jamás podrán aceptar estas afirmaciones, nunca podrían darle cabida en sus cerebros, por el hecho mismo de estar embotellados dentro del círculo vicioso de los razonamientos subjetivistas. Para poder darle entrada a esta clase de ideas, se necesita haber salido, de verdad, de la botella esa de los razonamientos meramente subjetivos.Así pues, por simple confrontación lógica del Ser, vienen a nosotros dos tipos de razonamientos: el subjetivo y el objetivo, en franca oposición. Es claro que existe también la lógica meramente formal, atinente al racionalismo subjetivo, y la lógica superior (ésta última ha sido debidamente codificada por Pedro Ouspensky, en su famoso libro titulado "El Tertium Organum", el "Tercer Canon del Pensamiento".La lógica superior jamás podría ser aceptada por los secuaces del racionalismo subjetivo. Empero, ella se fundamenta en los mismísimos datos de la Conciencia.Cuando nosotros analizamos todos estos aspectos de la mente, por simple deducción lógica tenemos que aceptar los distintos Niveles del Ser (habrá gentes que entenderán estas ideas, y habrá gentes que nunca las han entendido y jamás las entenderán. Es claro que en el camino de la vida, hay de todo).Nunca podríamos negar, pues, los Siete Niveles del Ser, las siete clases de gentes, las siete clases de hombre (usando la palabra "hombre", en los cuatro primeros casos, en forma meramente convencional y como para no herir susceptibilidades).Así como existen los Centros Intelectual, Emocional, Motor, Instintivo y Sexual, así también existen distintas clases de hombres. Algunos tendrán su centro de gravedad en el Instinto, otros lo habrán fijado en el Cerebro Motor, o Centro Motor, otros en el Emocional y algunos más en la Mente, etc.No hay duda de que el sujeto meramente instintivo, se mueve en una forma (podríamos decir) cuasi dimensional, que va de lo agradable a lo desagradable, y eso es todo. Esta clase de gentes, obviamente, no gustan de nada que les pueda dañar su comodidad; sólo anhelan sus placeres agradables.El segundo nivel lo podemos encontrar en las personas completamente emocionales. Dichas personas se desenvuelven, claramente, en el mundo de las emociones inferiores, no entienden de razonamientos, su vida es sentimental.La tercera clase de gentes pertenecen al nivel meramente intelectivo o intelectual. Son gentes cuyo centro de gravedad está en el cerebro, en el intelecto. Poseen la razón subjetiva, no han desarrollado la razón objetiva, y difícilmente podrían romper el círculo vicioso del intelecto. Quieren someter, todas las cosas del universo, a silogismos, a esilogismos, a prosilogismos, a métodos deductivos e inductivos, a procesos analíticos, fundamentados exclusivamente en lo místico sensorial; jamás aceptarían algo que se saliese del círculo del conceptualismo subjetivo. Y como quiera que sus razonamientos se basan en los datos proporcionados por los cinco sentidos (que son: ver, oír, tocar, oler y gustar), obviamente exigen que toda información que a ellos llegue, tenga por fundamento los sentidos externos. Cuando alguna información llega al Centro Intelectivo, desprovista de los datos sensoriales externos, sencillamente es rechazada, por el hecho mismo de no ser comprendida. Cuando se tienen fijadas las actividades en el centro de gravedad del intelecto, no es posible que se puedan entender cosas que no pertenezcan al intelecto.Un cuarto nivel de hombres, es diferente. En el cuarto nivel de hombres, encontramos nosotros a aquel que ha logrado el perfecto desarrollo y el equilibrio armónico de todos los centros. En el cuarto nivel, hallamos perfecta armonía y concordancia rítmica, en el funcionamiento de los cinco centros de la máquina humana.Para llegar al cuarto nivel, hay que desarrollar (integralmente) todos los centros. Nadie podría desarrollar los cinco centros de la maquina orgánica, si rechazara todas aquellas actividades que en el mundo existen. Es claro que todo lo que hay en el mundo, sirve para el desarrollo de cada una de las partes de los centros (no está de más saber que cada uno de los centros de la máquina, posee diversas partes).El Centro Sexual trabaja armónicamente (y se desarrolla armoniosamente), mediante la transmutación de la energía creadora.El Centro Instintivo no necesita pasar por ningún régimen educativo. Bien puede él educarse, pues él es quien nos mantiene vivos, él es quien regula todas las actividades del organismo, y las dirige sabiamente. Cuando nosotros queremos enseñar al Centro Instintivo, nos exponemos a perder la vida, o a enfermarnos. No está de más recordar que no funcionaría jamás el corazón, ni el hígado, ni los riñones, etc., si no poseyéramos, en nuestra naturaleza el Centro Instintivo.El Centro Motor, o del movimiento, se educa mediante los hábitos armoniosos: revisando, detenidamente, toda nuestra conducta habitual, eliminando determinados hábitos, tomando otros (eliminando los que no nos convienen, seleccionando o aprendiendo nuevos hábitos que sí nos convienen); practicando determinados ejercicios, o sencillamente deportes sanos, caminatas al aire libre, etc. También se desarrolla, el Centro Motor, aprendiendo actividades relacionadas con el trabajo manual, como la mecánica, el manejo de automóviles, de bicicletas, o simplemente montar a caballo, o nadar, etc.El Centro Emocional puede desarrollarse, en forma superlativa mediante el cultivo de las artes. No está de más aprender a tocar algún instrumento, o escuchar a Beethoven, a Mozart, a Liszt, o apreciar la belleza estética, saber pintar, etc.El Centro Intelectual puede desarrollarse mediante el estudio de la Botánica, de la Astrología, de la Medicina, o sencillamente, estudiando el esoterismo, etc., etc., etc.Indubitablemente, nadie podría (por ejemplo) llegar a ser Hombre Numero Seis (intelectual), sin haber pasado por los niveles intermedios. Si alguien se encuentra en el nivel meramente instintivo y desea convertirse en hombre más elevado, salir del estado meramente instintivo, o sea, el Hombre Numero Uno, para convertirse en el Hombre Emocional, tendría que darse cuenta que su vida es instintiva y que absorbe totalmente, las actividades de su existencia, que solamente vive de acuerdo con los instintos animales. Podría comprender todo eso, y desararrollar luego, inteligentemente, en su naturaleza, el aspecto emocional.Así pues, el primer hombre es el Número Uno, el Instintivo; el segundo es el Emocional, el tercero es el Intelectual.Cuando uno analiza detenidamente los cinco centros de la máquina humana, puede darse cuenta que la Torre de Babel está formada por los hombres numero uno, dos y tres. Es, en esa torre, donde existe la "confusión de lenguas", donde nadie entiende a nadie, donde se procesan todas las guerras, donde se forman todos los conflictos de la humana especie.Obsérvense cuidadosamente, las actividades de la raza humana; obsérvense las guerras y los problemas de toda índole. Es obvio que en la Torre de Babel se han fraguado todos los problemas de la humanidad.Más allá de esa "torre", están los hombres del cuarto nivel, las gentes que ya tienen los cinco centros de la máquina orgánica en total equilibrio, las gentes que ya no tienen fijado su centro de gravedad en el intelecto, exclusivamente, o en la parte puramente mecánica o motora, o en la emocional, o exclusivamente en la cuestión del instinto. Los hombres del cuarto nivel buscan, quieren saber algo más, anhelan, necesitan inquirir, indagar, aspiran conocer el significado de la vida, presienten que la vida debe tener alguna significación, que todo esto debe tener algún sentido, y en su deseo de querer saber, no se contentan con los conceptos meramente intelectivos, no les satisfacen (esos son los que están buscando, por aquí, por allá y acullá). Los hombres del cuarto nivel son, pues, la esperanza del mañana.Existen también las gentes del quinto nivel (son pocas, pero existen). Los hombres del quinto nivel son los que se han dado el lujo de fabricar, para su uso personal, un Cuerpo Astral. Indubitablemente, la fabricación de un Cuerpo Astral es un lujo que muy pocos se pueden dar. No es urgente para vivir, poseer un Cuerpo Astral. El cuerpo físico, como quiera que está dotado de un fondo vital orgánico, es claro que posee (en sí mismo) todos los principios que se necesitan para existir. El Cuerpo Astral es diferente. Uno sabe que tiene un Cuerpo Astral cuando puede usarlo, como las manos, o como los pies; cuando puede viajar, con ese vehículo, fuera del cuerpo físico; cuando puede transportarse, con él mismo, a cualquier lugar remoto de la Tierra, o del Infinito. Para fabricar el Cuerpo Astral, se necesita (forzosamente) transmutar el Exiohehari, es decir, el esperma sagrado, en energía creadora. Obviamente, tal energía (en sí misma) es el famoso Hidrógeno Sexual SI-12. Cuando cristaliza dicho hidrógeno, en nuestras células, en el interior de nuestro organismo, viene a tomar la figura maravillosa y extraordinaria del Cuerpo Astral. No está de más afirmar, en forma enfática, que ese vehículo sideral también tiene su sangre y sus funciones. El Hambledzoid del Ser, es la sangre misma del Cuerpo Astral. Las partículas del Hambledzoid, están contenidas en la sangre del cuerpo físico. El Hambledzoid del Ser, es elaborado con las vibraciones magnéticas que vienen de los planetas del sistema solar. Tales vibraciones magnéticas, son asimiladas, por nosotros, a través de la respiración y a través de los poros, y sufren en nuestro interior distintas combinaciones, hasta que por último se convierten en el famoso Hambledzoid del Ser, en la sangre misma del Cuerpo Astral, en esa sangre que circula por las venas de dicho vehículo sideral. Pero, como ya dije, primero hay que fabricar ese Cuerpo Astral.Muchos pseudoocultistas o pseudoesoteristas, creen que ya tienen tal vehículo, y están equivocados. Aquel que haya llegado al perfecto despertar de la Conciencia, podrá evidenciar (por sí mismo) que la mayoría de los humanoides aún no poseen ese vehículo, que son muy raros aquellos que realmente lo tienen.Para hablar en un lenguaje asequible a quienes me escuchen, puedo decir que aquellos que aún no poseen ese Cuerpo Astral, fuera del cuerpo físico parecen fantasmas; más quienes sí poseen el vehículo sideral, fuera del cuerpo físico se les ve revestidos con una personalidad definida.Así pues, es maravilloso fabricarse un Cuerpo Astral. Los hombres del quinto nivel, obviamente han tenido que luchar muchísimo para crear ese vehículo. Sólo (repito) mediante la transmutación del esperma sagrado, es posible crear dicho vehículo.El Cuerpo Astral, en sí mismo, es un organismo precioso, regulado por veinticuatro leyes cósmicas. Quien se ha dado el lujo de crear el vehículo sideral, necesita alimentarlo, y sólo es posible alimentar ese vehículo mediante la transmutación del Hidrógeno 48. Todas las impresiones sensoriales externas, si son debidamente transmutadas por nosotros, se convierten en Hidrógeno 24, que sirve para alimentar al Cuerpo Astral. Las impresiones sensoriales externas, son Hidrógeno 48, y esto ya lo hemos explicado antes.Uno puede transmutar el Hidrógeno 48 en Hidrógeno 24. Cuando aprende a controlar las reacciones meramente mecánicas, uno está transmutando el Hidrógeno 48 en Hidrógeno 24. "Aprender a recibir con agrado las manifestaciones de nuestros semejantes": he ahí una clave para transmutar Hidrógeno 48 en 24. Vencer las tentaciones, provenientes del mundo sensorial, del mundo físico: he ahí un sistema para convertir al Hidrógeno 48 en 24. Jamás reaccionar violentamente, ante los impactos provenientes del mundo exterior, sirve también para convertir el Hidrógeno 48 en 24.Más allá de las gentes del quinto nivel, están los hombres del sexto nivel. Entiéndese por "hombres del sexto nivel", aquellos que han desarrollado, en sí mismos, la razón objetiva; aquéllos que poseen un Cuerpo Mental individual.El error de muchos pseudoesoteristas o pseudoocultistas, consiste precisamente en creer que ya todo el mundo posee un Cuerpo Mental. Quienes hayan despertado, de verdad y completamente, en los mundos superiores de conciencia cósmica, podrán evidenciar (por sí mismos y en forma directa, mediante su sentido espacial) el crudo realismo de que las gentes no poseen un Cuerpo Mental. Realmente, solo los hombres del sexto nivel poseen dicho cuerpo. El Cuerpo Mental, el Cuerpo de la Razón Objetiva, es algo maravilloso.Las gentes no poseen una sola mente, sino muchas mentes. Como quiera que cada uno de los defectos psicológicos (que cargamos en nuestro interior) están personificados por un Yo, obviamente poseemos muchos Yoes, y cada uno de éstos tiene su propio criterio, su propia manera de sentir y su propia manera de obrar. Cada uno de los Yoes que en nuestro interior habita, es como una persona distinta (con esto hemos dicho, claramente, que dentro de cada persona hay muchas personas).Ahora entenderán ustedes por qué afirmamos, en forma enfática, que el humanoide es una simple máquina, que los seres humanoides son máquinas. Y lo que ahora también entenderemos, es por qué hay tantas contradicciones en cada persona. Una es la persona que jura amor eterno, y otra es la persona que dice que nada tiene que ver con ese juramento. Uno es el Yo que jura lealtad a la Gnosis, y otro es el que no tiene ningún interés por la Gnosis, y todas esas personas, todos esos Yoes, poseen cada uno su propia mente.Así pues, dentro de cada persona hay tantas mentes, cuantos Yoes existen. Pero mente individual, solamente la poseen aquellos que han fabricado el Cuerpo Mental. Dicho cuerpo se elabora, o viene a cristalizar, a tomar forma, mediante la transmutación del esperma sagrado.Quien ha pasado a ser persona numero seis, obviamente ha tenido que fabricarse el Cuerpo Mental. Ese vehículo se alimenta con el Hidrógeno 12. Quien aprende a transmutar las impresiones del mundo físico, que son Hidrógeno 48, obviamente elabora el Hidrógeno 24, con el que se alimenta el Cuerpo Astral, pero el excedente de dicho hidrógeno se convierte en Hidrógeno 12, que es con el que se alimenta el Cuerpo Mental.Quien posee un Cuerpo Mental puede usarlo, para viajar con él de planeta en planeta. Quien posee un Cuerpo Mental individual, posee también la razón objetiva.Mucho más allá del Hombre Numero Seis, está el Hombre Numero Siete: el Hombre Causal, el hombre auténtico, el hombre que se ha fabricado el Cuerpo de la Voluntad Consciente, o Cuerpo Causal.Ahora comprenderán, muchos esoteristas, por qué afirmamos, en forma enfática, que el Mundo Causal es el Templo de la Gran Logia Blanca (eso es lógico: esa es la región del hombre verdadero, y tiene que ser, por antonomasia, también el Templo de la Fraternidad Oculta).Los Maestros de la Gran Logia Blanca tienen su centro de gravedad establecido, firmemente, en el Mundo Causal, y desde allí se proyectan hacia el Mundo Mental, o hacia el Astral, o hacia el Físico, más su centro especifico de gravedad, está establecido en el Mundo de las Causas Naturales.El hombre del séptimo nivel es, pues, el Hombre Causal, el hombre verdadero, el hombre real, el hombre auténtico.Para fabricarse un Cuerpo Causal, hay que transmutar el esperma sagrado. Sólo así, mediante las manipulaciones con el Hidrógeno Sexual SI-12, es posible crear dicho vehículo. Obviamente, tal cuerpo se alimenta con el Hidrógeno 6. Es claro que el excedente del Hidrógeno 12, que sirvió para alimentar al Mental, se convierte en Hidrógeno 6, con el cual se alimenta el Cuerpo Causal.En el Mundo de las Causas Naturales, encontramos, pues, a los hombres auténticos, a los hombres reales, a los hombres del espíritu. Ellos trabajan en esas regiones, ayudando a la humanidad. Desde allí se proyectan hacia los diversos mundos, para asistir a los que sufren y para laborar en favor de la Gran Causa.El Hombre Causal tiene, en sí mismo, encarnados sus principios anímicos y espirituales. Así pues, el Hombre Numero Siete, es el hombre auténtico, el hombre que ha cristalizado Alma, que posee Espíritu, y que tiene los Cuerpos Existenciales Superiores del Ser; el hombre que, verdaderamente, puede llegar a fusionarse con lo divinal.Dicen las tradiciones Náhuatls que "los Dioses hicieron a los hombres de madera", y que "después de haberlos creado, los fusionaron con la divinidad". También afirman, en forma enfática, esos viejos códices mexicanos, que "no todos los hombres logran fusionarse con la divinidad". Es, pues, urgente entender que para llegar a ser un hombre verdadero, hay que haber creado los Cuerpos Existenciales Superiores del Ser, más que, en realidad, eso no es todo. Aquellos que no se fusionen con su propio Logoi Intimo, con su propia divinidad interior, fracasarán y tendrán que involucionar en los mundos sumergidos, hasta la Muerte Segunda, para recomenzar una nueva jornada evolutiva.Así pues que, no basta crear hombres; es necesario que éstos se integren con lo divinal, y eso es muy importante.Cuando un hombre no se fusiona con la divinidad, se convierte en un Hanasmussen, con doble centro de gravedad, y estos Hanasmussen tienen que entrar en las involuciones sumergidas, inevitablemente. Así pues que, un Hanasmussen no es más que un fracaso de la Madre Cósmica, un aborto de la Madre Divina.Quienes están fabricando los Cuerpos Existenciales Superiores del Ser, si no quieren convertirse en Hanasmussen, tendrán que luchar mucho contra sí mismos, eliminando los elementos inhumanos que cargan en su interior, es decir, deberán desintegrar el Yo de la Psicología, reducir a polvareda cósmica, todos esos elementos que constituyen el Ego, el mí mismo, el sí mismo. Sólo así podrán salvarse del peligro de convertirse en Hanasmussen con doble centro de gravedad.Hasta aquí, pues, la plática de hoy...


VENERABLE MAESTRO SAMAEL AUN WEOR...

EL DIABLO Y LUCIFER ...


EL DIABLO Y LUCIFER
Ciertamente es la piedra filosofal de los alquimistas medievales. Indubitablemente, cada persona tiene su propio Diablo; el Diablo, que como se ha dicho, no es más que la reflexión del Logos Interior dentro de cada uno de nosotros; eso es obvio. Tiene la potestad sobre los Cielos, sobre la Tierra y sobre los Infiernos.Cuando se dice: "Encerrar el Diablo dentro de nosotros", se quiere captar, aprehender, capturar ese cuerpo manifestado, dijéramos, del Cristo‑Satán de los Gnósticos (y ocupándonos, dijéramos, en el arte de hacer instrumentos musicales: darle forma a ese cuerpo en un instrumentos, para que resuene notablemente).Debemos pues hacer una clara diferenciación entre lo que es el Diablo y lo que es Lucifer. El Diablo en sí mismo como reflexión del Logos en nosotros y dentro de nosotros mismos, es la piedra bruta que hay que labrar, hasta convertirla en la Piedra Cubica Perfecta; y ahí tenemos al pie de ese par de columnas la piedra bruta y la piedra cincelada, lo que hay que hacer es entenderla. Verla cuando está sin labrar.El Diablo, o sea, la reflexión del Logos en nosotros, sin labrar, sin pulir, negro como el carbón, es Satanás en su aspecto más oscuro y tenebroso. Pero no es un Satanás antropomórfico; no, es un Satanás propio, particular. Cuando ya hemos conseguido la disolución del Ego, cuando lo hemos reducido a cenizas, entonces esa piedra bruta se ha transformado en la Piedra Cubica Perfecta; Satanás es ya Lucifer, "el hacedor de luz".Por otros tiempos al "hacedor de luz" se le confundía con Venus, la estrella de la mañana, y hasta en El Apocalipsis de San Juan se dice que "si venciereis te daré la estrella de la mañana". El Señor Quetzalcóatl después de haber quemado sus elementos inhumanos en los mundos infiernos, ascendió a los cielos, se convirtió en la estrella de la mañana, el lucero vespertino.Así pues, el Diablo transformado en Lucifer, resplandeciente como el Sol, tiene potestad sobre la Tierra, sobre los cielos y sobre los infiernos. Príncipe de la Luz, Señor de Gloria, el Arcángel más grandioso del Logos Solar.Si invocamos en los mundos suprasensibles a esa reflexión del Logos de cualquier persona que no ha disuelto el Ego, veremos un Satanás negro como el carbón; pero si invocamos al Satanás de alguno que sí disolvió el Ego, con gran asombro nos encontraríamos con un Arcángel de la Luz, con un Lucifer glorioso. Entonces venimos a evidenciar que tal Satanás es la piedra bruta que hay que labrar.Para que los hermanos tengan un poquito más de conciencia, sobre lo que estamos diciendo, conviene que Aladino ponga entre las dos columnas, a la piedra bruta y a la piedra perfecta. Allí tienen la piedra en bruto, allí la Piedra Cubica Perfecta (ese Satanás que cada cual lleva dentro).El individuo que no ha labrado todavía su Piedra Filosofal, su piedra es dura, y Satanás es negro como el carbón, ostentando todos nuestros defectos psicológicos. Pero cuando ya nosotros hemos labrado la piedra, ese Satanás se convierte entonces en la Piedra Cubica Perfecta. Es decir, cuando hemos disuelto el Ego, se transforma en Lucifer glorioso. Entonces venimos a evidenciar que tal Satanás es la piedra bruta que hay que labrar.Resulta muy interesante observar el Diablo fuera del cuerpo físico. Anda negro, negro cómo el carbón, con ese fuego tenebroso que arroja en el individuo que todavía no ha eliminado el Ego. Asombra verlo en quien ya eliminó el Ego: un Arcángel glorioso, lleno de esplendor.Obviamente ese Arcángel se convierte en el libertador. Eso es obvio, porque de la fusión de ese Arcángel con el Alma Humana, con el Espíritu, con el Ser, en una palabra, resulta precisamente el Arcángel. No se ha escrito esto en ningún libro de esoterismo, hay mucha biblioteca y sin embargo no se ha hablado detenidamente, y tantos confunden al Diablo con Lucifer, y resulta que una cosa es la piedra bruta y otra es la Piedra Cubica Perfecta.Continuando pues en la distinción de esta cuestión, nos damos cuenta perfecta de que existen maravillas en el fondo de cada uno de nosotros. Pero lo primero que necesitamos es eliminar los elementos inhumanos que cargamos dentro.Si observamos a todo hombre autentico descubrimos en él tres triángulos. El primero es el Triángulo Logóico, el segundo podemos llamarlo Etico, y el tercero, está bien que lo llamemos el Triángulo Mágico. En cuanto al primero, al logóico, está constituido por los tres aspectos de la Cábala hebraica: Kether, que es el Anciano de los Días, la bondad de las bondades, la misericordia de las misericordias, lo oculto de lo oculto; es el punto matemático en el espacio inmenso, infinito, inalterable. Es obvio que él se desdobla a su vez en Chokmah (el Hijo, el Cristo Cósmico). Ya sabemos que éste está relacionado en todo el Zodíaco, y así es el desdoblamiento de Chokmah: da por resultado el Espíritu Santo, a Binah.Algunos cabalistas enfatizan la idea de que Binah, el Espíritu Santo, es femenino; tal afirmación resulta equivocada. Con entera claridad se ha dicho en la "Divina Comedia" que el Espíritu Santo es el esposo de la Madre Divina; así que el Espíritu Santo (Binah, el Tercer Logos), se desdobla a su vez en su esposa, en la Shakti de los indostanes; así pues hay que saberlo entender. Muchos al ver que el Tercer Logos se desdobla en la Madre Divina Kundalini Shakti, la cual tiene muchos nombres, han creído que el Espíritu Santo es femenino, y se han equivocado. El es masculino, pero al desdoblarse en ella, se forma la primera pareja divinal, inefable, en Elohim Creador, el Kabir o Gran Sacerdote. El Ruach Elohim, que según Moisés labraba las aguas en el principio del mundo.Es necesario que todos reflexionemos profundamente, que comprendamos todo esto a fondo. El y ella están unidos en la Piedra Cubica de Jesod, esa piedra es el sexo. De la unión de él y ella resultó, y da el conocimiento tántrico perfecto, con el cual podemos nosotros autorrealizarnos íntegramente en todos los Niveles del Ser. Algunos cabalistas suponen que ese Sephirote de conocimiento o sapiencia, deviene de la fusión de Chokmah masculino, el Cristo Cósmico, con Binah, suponiéndolo a ese exclusivamente femenino. Tal aseveración es absolutamente falsa, porque realmente el Espíritu Santo es masculino. Repito, solo que al desdoblarse en Binah se forma la pareja perfecta, ella se une sexualmente en la Piedra Cúbica de Jesod. En la Novena Esfera, deviene el conocimiento tántrico, la Iniciación Tantra, los tantra, mediante los cuales es posible el desarrollo de la serpiente por la espina dorsal, la autorrealización íntima del Ser.En estos estudios de Cábala necesitamos ser prácticos, existen autores de maravillas, pero cuando uno los lee se da cuenta que no han vivido lo que escriben, no lo han experimentado por sí mismos y por eso se equivocan. Yo conceptúo que uno debe escribir lo que directamente ha experimentado en sí mismo. Así he procedido por mi parte.Este primer triángulo resulta trascendental, más el Padre, el Hijo y el Espíritu Santo son una unidad indivisible, uniexistente; por sí misma, esta más allá del cuerpo, de los afectos y de la mente.La Piedra Cubica de Jesod, situada en los órganos creadores, es ciertamente aquella alma metálica que resulta de las transmutaciones sexuales, podríamos denominarla el mercurio de la filosofía secreta, o hablando en un lenguaje más sencillo, energía creadora. Ella en sí misma está alegorizada o simbolizada en el Diablo. Cuando decimos que hay que trabajar con el Diablo, no es para enseñarle un instrumento musical, sino algo más, para transformarlo en Lucifer, el "hacedor de luz".Nos estamos refiriendo claramente al trabajo en la Gran Obra; resulta interesante que sea allí, precisamente en la Piedra Cubica de Jesod donde Shiva Shakti, Osiris e Isis, se unen sexualmente, y es precisamente allí donde está el conocimiento tántrico sin el cual no es posible llegar a la autorrealización íntima del Ser.En el Tíbet Oriental, los monjes son radicales, motivo por el cual la Blavatsky pensaba que eran magos negros; todos nosotros hemos repetido aquella equivocación y nos vemos en la necesidad de rectificar. No digo que los Dugpas sean unos santos, unas mansas ovejas, ellos son magos negros porque enseñan tantrismo negro, pero los Bonz, aunque usen capacete rojo no son negros, como equivocadamente supone Blavatsky.Claro está, si alguien (por ejemplo, en los Bonz) no quiere la autorrealización, sino liberarse por un tiempo para volver, por ejemplo, en la Sexta Raza Raíz, o bien no desea jamás autorrealizarse, sino emanciparse sin autorrealización, pues lo consigue. Primero que todo se llevan al Neófito a un lugar apartado, se invocan a todos aquellos elementos inhumanos que posee, por procedimientos de Alta Magia se les extrae del Mundo Astral, y en lo apartado de la montaña aquellos se hacen visibles y tangibles. Intentan devorar al Neófito, más si este permanece sereno, no hay más que hacer, ha salido triunfante: tiene entonces que eliminar el Ego, reducirlo a cenizas y trabajar para sí. La prueba y el máximo de todos sus esfuerzos en el mundo físico consiste en todos esos mantrams de desencarnación que son dos palabras, y quedan desencarnados inmediatamente.Resulta espeluznante ver al Sacerdote Bonz vestido con su delantal blanco lleno de cráneos, de huesos de muerto, y en su cabeza un turbante rojo, lleva en su diestra un puñal. En el momento en que el Neófito pronuncia sus dos mantrams de la fatalidad, su cuerpo cae muerto instantáneamente. Es por eso, el Neófito sometido a grandes ordalías en los mundos internos, tiene que enfrentarse a los temores de la muerte, tiene que soportar el "huracán del Karma", tiene que salir victorioso en lo que el Padre‑Madre le pone, a fin de poder entrar o renacer (dijéramos) en forma sobrehumana en cualquiera de los reinos de los Devas, ya en los de la "Gran Concentración", o en el de los "Cabellos Largos", o el "del Buddha", o en el "de Maitreya", o en el de la "Suprema Felicidad", etc., y es en esa región donde va a acabar de prepararse para la liberación. La Madre Divina le asiste eliminando sus elementos inhumanos y al fin consigue sumergirse en el seno de la Gran Realidad. No en un Maestro autorrealizado, sino como un Buddha Elemental, se sumerge en ese estado hasta la Sexta Gran Raza Raíz con el propósito de autorrealizarse o sencillamente no quiere la maestría, sino emanciparse y quedar para siempre convertido en Elementales búdhicos y nada más, pero felices.Pero los que intentan liberarse, los que realmente quieren autorrealizarse, los que de verdad quieren convertirse en Mahatmas o Hierofantes, tendrán que someterse a la tántrica y luego a trabajar en la Novena Esfera. Se les enseñará todo el tantrismo, como despertar la serpiente y como levantarla por la espina dorsal, como abrir esos chacras, discos o ruedas magnéticas.Así pues, lo que sucede es que los Bonz son radicales, o se van por el Ser, o no se van por el Ser. Se van en aras de la autorrealización o pretenden quedarse sin autorrealización. Ante ello tienen que definirse o no. Allí todo es violento, motivo por el cual H.P.B. los juzgó considerándolos magos negros. Pero cuando uno estudia el tantrismo de los Bonz, se da cuenta que es blanco; no negro sino blanco. Transmutan el esperma en energía para conseguir la autorrealización a fondo. Es pues allí, en el Sephirote sexual, donde esta el conocimiento tántrico, el Daath de la Cábala hebraica.Pero pasemos hermanos, pasemos del Triángulo Logóico al Triángulo del Hijo. Este está formado por Chesed, o sea el Atman inefable, el Intimo; el Buddhi, el Alma Espiritual que es femenina, el Geburah de la Cábala hebraica; por último el Tiphereth, el Alma Humana, el Hijo propiamente dicho.Es interesante, y yo lo pude vivenciar, cuando me tocó trabajar en la Esfera de Tiphereth. Obviamente hube de hundirme primero, antes de pasar por la exaltación en (dijéramos) Malkuth; hube de sumergirme en el Mundo de los Klifos, en los mundos atómicos o infiernos atómicos. Había que eliminar allí muchos elementos inhumanos; concluida la labor, aquel que es perfecto, el Cristo Cósmico, entró en mí y me sentí transformado, y entonces vi a unas madres que traían sus niños; los bendije y hablé con la parábola evangélica que dice: "Dejad que los niños vengan a mí, porque de ellos es el Reino de los Cielos". Así, lleno de extática felicidad, pero al fin, claro, él se marchó. Yo, como Tiphereth, como Alma Humana, comprendí cual había sido el objetivo de su manifestación. Buddhi, el Cristo Cósmico, suele manifestarse a través de su Alma Humana, el Tiphereth de la Cábala hebraica. Es pues, el Triángulo del Hijo, un triángulo maravilloso formado por el Atman‑Buddhi‑Manas de la Teosofía Oriental. Pero el centro del triángulo es precisamente Tiphereth, el Alma Humana; esa Alma que sufre, que llora, que gime, que gusta, eso que nos hace a nosotros humanos de verdad, y es esto bastante interesante.En la practica hemos podido evidenciar el Triángulo del Hijo con su centro gravitacional en Tiphereth es una tremenda realidad. Todo iniciado, tarde o temprano, debe ser ungido por el Padre, como ese que es el Chokmah‑Binah, por esa Triada Logóica inmortal, indivisible y existente por sí misma. Cuando yo hube de ser ungido por el Padre, éste dijo: "Este es mi Hijo muy amado y es lo que más he amado en el mundo, buscad a él".Y me viene a la memoria en estos momentos el caso del Gran Kabir Jesús (Jeshua Ben Pandira como se le llamaba en los antiguos tiempos). Felipe, aquel Maestro experto en los Estados de Jinas, le dijo: "Muéstranos al Padre", y el Gran Kabir respondió: "El que ha visto al Hijo, ha visto al Padre". El Triángulo del Hijo, Geburah, Tiphereth, Chesed, o el Intimo con sus dos almas: Divina y Humana, para ser más claros, es, digamos, el desdoblamiento del Padre, la manifestación del Padre.Continuando en el camino sobre el estudio del Arbol de la Vida, se desdobla aquel Triángulo del Hijo en el Triángulo Mágico: al Triángulo del Hijo se le llama Triángulo Etico. ¿Por qué? Porque allí conocemos el rigor de la ley, ahí venimos a saber lo bueno y lo malo, que cosa es lo bueno de lo malo y lo malo de lo bueno. Resulta muy interesante el Tercer Triángulo; el Triángulo Mágico esta formado por Netzach, o sea la mente; Hod, el Cuerpo Astral; Jesod, el Lingam Sarira o Cuerpo Etérico, o principio básico sexual de la vida universal. ¿Por qué se le llama Triángulo Mágico? Porque indudablemente, esos reinos de la Mente y del Astral, y hasta de los Klifos o mundos infernales es donde uno tiene que ejercer la Alta Magia.Precisamente, cabe aquí ilustrarlo con algo muy importante. Todos hemos oído hablar del espiritismo, sobre los Aquelarres, sobre los Zánganos y las Brujas, algunos miran eso como algo extraño, otros como cuentos de reír un poco, pero la cruda realidad es que los Aquelarres son medievales; las famosas brujas de la media noche tienen mas realismo del que nosotros pensamos. Obviamente, esas Calchonas, como se les dice en el lenguaje rigurosamente académico e hispánico, pertenecen, dijéramos, al Mundo de los Klifos, aquel Reino de Malkuth.Muchos y bastantes tragos se me hacía que María de la Antilla, tan nombrada en antiguos conventos medievales, fue exactamente su gobernadora. Obviamente, tales brujos de antiguos Aquelarres la denominan Santa María, y cuando yo investigaba en el Mundo de los Klifos sobre esa extraña criatura, cómo compartía su vida con tantos magos negros, cómo podía meterse entre tantos Aquelarres; sin embargo, jamás le vi eso que podríamos llamar perversidad. Los tenebrosos de la mano izquierda, las criaturas sublunares le rendían culto y consideraban a esa maga no como algo tenebroso sino como una santa. Yo quise saber que había de verdad en eso, la presunta santidad de una criatura que se mezclaba con las tinieblas, que figuraba en tantos Aquelarres y monasterios de la Edad Media. Pero quien se haya ocupado de estudiar los viejos "corre corres" de Alta y Baja Magia del Medievo y no ha oído hablar alguna vez de María de la Antilla (hay tantos "corre corres" escondidos entre el polvo de muchas bibliotecas), es claro, lo supe. Yo tenía que aclarar y aclaré cuando (precisamente) en el Mundo de Tiphereth, en el Segundo Triángulo, invoque a esa entidad; fui oído. Para mi asombro, me encontré con un Maestro autorrealizado. Es verdad, entonces comprendí que había emanado de sí mismo a su Bodhisattva y ese Bodhisattva se educaba del ejercicio de la magia, en el Triángulo Mágico o Tercer Triángulo, pasando por entrenamientos rigurosos, iniciando con los Klifos pero sin hacer mal a nadie. Después de eso me puse en contacto directo con su Bodhisattva, con María de la Antilla, claramente, y cuando la invite a visitar el Mundo del Nirvana, con agrado acepto mi invitación, y cuando le fusione con su Real Ser, el Maestro Secreto, entonces vi, se trataba de una criatura que ha logrado la perfección de la Alta Magia, y que si bien vivía en el Mundo de los Klifos, era para acabar de educarse o entrenarse psicológicamente, ejerciendo poderes tremendos, sin hacer mal; obviamente está en Alta Magia.Cuando uno observa esa criatura (y le agrada con su Real Ser), se da cuenta de que es un mago blanco extraordinario, que conoce a fondo los reinos de la luz, como el Mundo de Malkuth, o sea, el Mundo de los Klifos; así pues, el Tercer Triángulo es el de la Magia Practica, pues es un trabajo que deben entender, cómo se trabaja en el Tercer Triángulo, porque hay que dejar atrás los prejuicios para poder trabajar en el Mundo de los Klifos.Netzach es la mente, Hod el Cuerpo Astral, Jesod indubitablemente es el Novena Esfera; después vienen el Reino de Malkuth, que es el Mundo Físico, y lo que está dentro del Mundo Físico, es decir, lo que está dentro de las entrañas de la Tierra (propiamente dicho, es Malkuth), son los sephirotes adversos, los Klifos, los demonios como se dice, las almas en pena, los que sufren, los perdidos, aquellos que ya agotaron su ciclo de existencias y que involucionan en el tiempo o los Angeles caídos, los genios del mal. En el Reino de los Klifos viven, indudablemente, estos que se desarrollan en la Alta Magia, cualquiera que se arrepienta de sus errores y que anhele la luz.Así pues, cuando estudiamos el Arbol de la Vida, resulta bastante interesante. Vemos en primer lugar la sabiduría del Eterno (los abuelitos acomodan los distintos Sephirotes de la Cábala hebraica a los mundos), digamos por ejemplo que el Anciano de los Días es un punto del espacio infinito, es eterno como símbolo.Que Chokmah está gobernado por el Zodíaco y es verdad.Binah esta gobernado (dicen) por Saturno, ahí llegamos a un punto en que tenemos que disentir, no quiero decir que no esté gobernado el Espíritu Santo por Saturno, que no exista una relación entre el Espíritu Santo y Saturno; sí la hay, pero no es todo, porque no hay duda de que está relacionado el mundo aquel de Júpiter en cierta forma, puesto que tiene poderes, trono; forma todo en cuanto que él lava las aguas de la vida.Ahí donde dicen que Netzach, o sea, la mente, es gobernada por Venus, es falso, la mente está gobernada por Mercurio. Oigan bien, vamos en orden para poder entender entonces el Segundo Triángulo, ya que vimos el primero.Chesed, dicen que esta gobernado directamente por Júpiter y nada más, y eso es falso. El Intimo es marciano, guerrero, luchador, tiene que estar peleando por su propia autorrealización íntima; que tenga alguna influencia jupiteriana, también es cierto porque puede empuñar el Cetro de los Reyes, pero que sea única y exclusivamente jupiteriano; eso es falso.Que Geburah, el Rigor, la Ley, sea exclusivamente marciana, ¡equivocación!, porque Geburah es un Mundo Búdhico Intuicional, el Mundo del Alma Espiritual, que es femenino (ahí está el León de la Ley, no lo niego, es solar), eso sí es cierto, pero ustedes saben que el león también tiene nobleza. Así, en Geburah encontramos el rigor de la ley y encontramos la nobleza del león, es el Mundo del Alma Espiritual, o Mundo Búdhico intuicional; es completamente solar.En el mundo de Tiphereth, el mundo del Alma Humana o el Hijo propiamente dicho, realmente está gobernado no por el Sol como pretenden los cabalistas, ese es por Venus; por eso es que El Cristo es crucificado un Viernes Santo, y eso es algo que podremos meditar.En cuanto a la mente, que se diga que está gobernada por Venus es falso, bien sabemos que la mente es mercuriana, que Mercurio da la sabiduría, que Mercurio da la palabra, etc.; la mente es pues mercuriana.Y si entendemos un poco el mundo de los sephirotes llegamos al Astral, este es lunar.En algunas tribus, por ejemplo, de las selvas más profundas en el Amazonas, dan a sus gentes un brebaje muy especial, tales brebajes los administra el Piache (este por ejemplo, manejaba lo que se llama llaqué que combina con el guarumo), cocinan llaqué y guarumo en una olla, y él se lo bebe cuando la Luna está en creciente, entonces se produce el desdoblamiento. Saben muy bien los Piaches o Sacerdotes brujos de las tribus, que el Astral está gobernado por la Luna, él es Hod, pero muchos cabalistas suponen que está gobernado por Mercurio y se equivocan.En cuanto al asiento de la vida orgánica o principio vital, en cuanto al Sephirote Jesod, esta relacionado con los órganos creadores; obviamente es lunar y esto no lo podemos negar. En el esoterismo gnóstico aparece una mujer, una virgen, una inefable divina vestida con una túnica azul, que simboliza a la noche, parada sobre la Luna; hay que saber entender, esa Luna representa al Sephirote Jesod, ello significa la fuerza sexual, y en cuanto a la túnica de ese color, representa la noche en que se desarrollan los Grandes Misterios de la Vida y de la Muerte.Me limitaré a decir que solamente en la noche se trabaja con la energía creadora del Tercer Logos, jamás he mentido, es decir, el trabajo en el Laboratorium Oratorium del Espíritu Santo se debe hacer en las horas nocturnas. El Sahaja Maithuna, hablando en otros términos, sólo debe practicarse en las tinieblas de la noche, porque el día, el Sol, es opuesto a la generación. Es claro, ya les explique a ustedes el otro día, que si uno echaba una gallina con sus huevos a la luz del Sol para que los empollara, pues aquellos no lograban ser empollados, y si salía algún polluelo moriría, porque el Sol es enemigo de la generación.Quien quiera buscar la luz debe pedírsela al Logos, que está detrás del Sol que nos ilumina, en la noche profunda; eso es obvio.En cuanto al Sephirote Malkuth, es el mundo físico; se dice que es un Sephirote caído, pero los mundos infiernos también pertenecen a Malkuth, eso es claro. En esos mundos infiernos tenemos nosotros que trabajar separando las aguas superiores de las inferiores o infernales del Leviatán, para que surja la vida. El Génesis ya lo dijo, hay que separar las aguas superiores de las inferiores. ¿Cuales son las aguas superiores? Las aguas superiores son el alma metálica del esperma sagrado, o sea, el mercurio de la filosofía secreta; que hay que separarlas de las inferiores. ¿Cómo? Mediante la transmutación de la energía sexual, así es como se separan las aguas superiores, o sea el alma del esperma, de las inferiores del esperma mismo. ¿Para qué? Para que surja la vida.¿Por qué las aguas superiores es el mercurio de la filosofía secreta? De ella sale todo, con ella se pueden crear los Cuerpos Existenciales Superiores del Ser; con ella se puede elaborar el oro puro; con ella se puede transformar radicalmente el ser humano. Y las aguas superiores, ese mercurio, también está alegorizado por la figura del Diablo, pero hay que transformar al Diablo en Lucifer.Hasta aquí mi platica de esta noche, mis queridos hermanos. Si alguno tiene que preguntar algo, puede hacerlo.P.- Maestro, ¿un ser viviente no se puede procrear a la luz del Sol?R.- La cruda realidad es que por disposición de los órganos creadores, tal procreación se verifica en las tinieblas, porque ese zoospermo sale de las glándulas sexuales, no sale iluminado por la luz del Sol, sino discurre en tinieblas; en tinieblas abre paso por la Trompa de Falopio para encontrarse con el óvulo que desciende de la vesícula de Graff; dentro de las tinieblas de la matriz se gesta. Pero, ¿qué tal que ese zoospermo en vez de salir protegido desde las glándulas sexuales por las tinieblas, podría discurrir a la luz del Sol, destapado para que el Sol lo bañara con su luz, que tal si ese feto no estuviera en las tinieblas, sino que estuviera en el vientre de la mujer, destapado para que el Sol le diera directamente al feto? Es obvio que el fracaso es un hecho. De manera que por disposición de los mismos órganos de la naturaleza, la fecundación se realiza siempre en tinieblas. Así también, el sabio debe trabajar entre la oscuridad y el silencio augusto del pensamiento, para poder un día llegar a la autorrealización íntima del Ser. La noche, eso es lo que nos indica aquella Virgen de la Inmaculada Concepción parada sobre la Luna y vestida con una túnica azul.


VENERABLE MAESTRO SAMAEL AUN WEOR...

EL PARAISO PERDIDO ...


EL PARAISO PERDIDO
Amigos: vengo a hablarles del Jardín de las Hespé­rides, de los Campos Elíseos maravillosos, donde los ríos de agua pura de vida manan leche y miel; vengo a hablarles a ustedes del bíblico Moisés.Allá, en el Monte Nebo, cuenta la tradición que habló a las multitudes judaicas, que entonces le escuchaban... Su rostro brilló, tremendamente, ante todo el pue­blo hebraico; se desapareció en presencia de todos, nunca se halló su cadáver. Obviamente, Moisés había logrado entrar en la "Tierra Pro­metida", y lo hizo con cuerpo físico.¿Qué es lo que quiere la Gnosis? Enseñar­les a ustedes el camino que ha de llevarles al Paraíso Terrenal; tenemos métodos, tenemos la clave para que ustedes, en vida, puedan visitar el Paraíso Terrenal cada vez que quieran. A eso he venido esta noche: a hablarles francamente; si es la verdad lo que quieren, se la entregamos; pero ante todo, tenemos que ser sinceros con nosotros mismos, trabajar de verdad.Pasemos ahora a aquella isla, entre las cos­tas de España, que tanto llamara la atención del clero católico, en la época del siglo XVIII. Me refiero en forma enfática, a la "Non Tra­bada" o "Encubierta", isla que está situada a cuarenta leguas de la "Isla de Palma", hacia la región Noroeste. Era visible esa isla en su tiempo; gigantes enormes caminaban por todas partes, en esa región. Los Dioses allí tronaban y relampagueaban, y las multitudes que allí moraban, se decía, eran terriblemente divinas. Sí: allí moraba la humanidad divina, allí existía bajo el Sol; allí contemplaba las estre­llas y hacía cálculos extraordinarios, como los de los astrólogos aquellos de la antigua Atlán­tida; desde allí lanzaban sus profecías (bien sa­bían los habitantes de la "Non Trabada" o "Encubierta" que se acercaba la época del más crudo materialismo).Un día un sacerdote católico, diciendo misa, quedó de pronto asombrado: las personas con­currentes le venían a hablar de la "Non Tra­bada" o "Encubierta". El sacerdote, de inme­diato, dirigiéndose al clero, dijo: "¡Hay que exorcizar esa isla; la estamos viendo a través de la ventana; es una isla mágica, demonía­ca!". Así que, todos cayeron en tierra, acom­pañando al sacerdote en sus exorcismos; la isla fue desapareciendo poco a poco, entre el encanto extraordinario de la cuarta ver­tical. Más tarde surgió el repugnante ateísmo materialista, surgieron los Huxley, surgieron los Darwin y muchos otros secuaces, enemigos del Eterno; fue entonces cuando la humanidad se llenó de incredulidad, de escepticismo, de ma­terialismo; los sentidos de la especie viviente se agotaron, desgraciadamente; la Isla "Encu­bierta" o "Non Trabada" dejó de ser visible para todos... Desde entonces el escepticismo, la increduli­dad, se hereda de padres a hijos; los sentidos internos están destruidos: ya no pueden ver los lagos encantados de los antiguos tiempos, ya no pueden contemplar los palacios de oro, de que nos hablara "Las Mil y Una Noches"; ya no pueden ver los mares borrascosos que existen en el interior de nues­tro mundo.Han pesado los siglos, ya los niños no son educados con cuentos de Hadas; se dice que "tenemos que ser prácticos" y se les enseña, desde pequeños, a manejar pistolas, y se les regalan cañones, y se les encanta con juegos de bandidos y ladrones. Hoy, queridos amigos, la humanidad ha degenerado espantosamente, los sentidos físi­cos se arruinaron, y no solamente se arruinaron los sentidos físicos, sino que también los senti­dos actuales prosiguen su camino de degeneración. Es raro encontrar a alguien que tenga los ojos perfectos, o los oídos, o su olfato, etc.; la gente ha involucionado terriblemente, mar­cha hacia una gran conflagración mundial. ¡En verdad quiero decirles a ustedes, esta no­che, que esta civilización perversa será destruida, que de toda esta perversa cultura no que­dará piedra sobre piedra!Continuaré explicándoles algo sobre los Ji­nas, sobre los mundos milaunochescos, sobre las tierras extraordinarias de la cuar­ta vertical. Sin ir tan lejos, aquí en México, en plena capital, tenemos nosotros el Templo de Chapultepec, un templo en esta­do de jinas, un templo donde se cultiva la sabiduría de nuestros antepasados de Aná­huac; un templo donde resplandece el Calendario Azteca en oro puro, sobre la cruz bendita del Salvador del mundo. Ese templo está en estado de jinas, invisible para las gentes, pero visible para los iniciados (yo mismo soy miembro activo de ese templo, que existe y seguirá existiendo y nun­ca nadie lo descubrirá).Hay también muchos otros Templos Jinas donde opera la bandera de la Gnosis; otros templos miríficos, divinales, donde resplandece el Sol del Cristo Intimo. Así, mis queri­dos amigos, a medida que vamos avanzando, nos damos cuenta de lo que es la cuarta vertical.Por estos tiempos en que nos encontramos, surge el Triángulo de las Bermu­das; más de cien buques han sido tragados por la cuarta vertical, en el Triángulo de las Bermudas. No hace mu­cho tiempo, una escuadrilla de cinco aviones fue devorada por el Triángulo de las Bermudas, se los tragó la cuarta vertical; se enviaron también auxilios, más to­do fue inútil. Recordemos al avión de rescate que salió en busca de esos cinco aviones: ¡tal avión fue tragado por la cuarta ver­tical!¿Y qué diremos nosotros de los innumera­bles pasajeros que ya no existen sobre la faz de la Tierra, pero que continúan viviendo en la cuarta coordenada? Nosotros inves­tigamos el Triángulo de las Bermu­das: allí hay un boquete abierto hacia la cuarta dimensión; día llegará en que la humanidad conocerá ese secreto, esa clave que existe en el Triángulo de las Bermudas. A medida que va pasando el tiem­po, la ciencia misma tendrá que irse acercando hacia la cuarta dimensión, eso es obvio.Los hombres de la antigüedad no ignoraban el paraíso perdido de John Milton; nun­ca olvidaron tampoco el Jardín de las Hespérides (aún todavía se conserva, en las tradiciones, la existencia de un paraíso). Los hombres de la antigüedad sabían meter su cuerpo físico dentro de la cuarta dimensión, a voluntad. Me viene a la memoria la Ciencia del Kung Fu, que fue verdaderamente esotérica y mágica. Los iniciados de la Ciencia del Kung Fu, en la antigua China, podían asumir de verdad, físicamente, la figura ya sea del tigre, o de la serpiente, etc., a voluntad. Para no ir tan lejos, mis amigos, recordemos nosotros aquellas leyendas que existen en nuestro país (México) de frontera a frontera, de costa a costa, de los consabidos Náhuales. Incuestionablemente, hay dos corrientes en el náhualismo; esto no lo podemos descono­cer los investigadores de la ciencia esotérica crística. La corriente negativa está formada por Jinas negros, por los tenebrosos de "la mano izquierda"; pero la corriente positiva está formada, en realidad de verdad, por los Jinas blancos, que no causan daño a na­die; esas criaturas semejantes a los Tuatha de Danand, esas criaturas que sólo se preocupan por sanar a los enfermos, por estudiar la sabiduría divina y por bendecir a todos.En los antiguos tiempos milaunoches­cos, allá en el país de Ameca, donde existen algunas tribus semitas, ocultas en el interior de la Tierra, se conoció la clave que permite a los hombres meterse dentro de la dimensión desconocida. "¡Imposible!", dirán algunos, "¿cómo es posible que el cuerpo humano pueda meterse dentro de la dimensión desconocida?" Amigos, en realidad de verdad, el cuerpo físico no es como creen algunos científicos ignorantes, algunos tontos científicos. El cuerpo físico es una forma mental cristalizada, como lo es el planeta Tierra, y por lo tanto, la voluntad puede actuar sobre el cuerpo físico y cambiarlo de figura, o meterlo dentro la cuarta dimensión. Cuando aceptemos que el cuerpo físico es una forma mental, obviamente habremos resuelto el problema de la cuarta dimensión. Toda la Tierra no es más que una for­ma mental que surgió del "Omeyocan", del ombligo mismo del universo, en la aurora de la creación. Esta forma mental llamada "Tierra", con todo lo que ha sido, es y será, fue cristalizando poco a poco, hasta tomar la figura actual (la cristalización se realizó de acuerdo con la Ley de las Octavas).Así que, en realidad de verdad, un día llegará en que esta Tierra, o forma mental llamada "Tierra", iniciará su movimiento hacia adentro y hacia arriba, hasta perderse o disolverse otra vez en el Omeyocan.El cuerpo humano, por ende, es una forma mental cristalizada y todo el secreto de los Jinas no es otra cosa que saber actuar sobre el cuerpo físico humano por medio de la voluntad. Si aceptamos que es una forma de la mente, una forma cristalizada de acuerdo con la Ley de las Octavas, estamos en el camino correcto para actuar sobre el cuerpo físi­co y meterlo dentro de la dimensión desconocida. ¿Es posible eso? Sí es posi­ble; solamente lo que se necesita es voluntad e imaginación, unidas en vibrante armonía; por ese camino llegaremos al camino del triunfo.Recordemos que en nuestro interior existen los Doce Apóstoles de los que habla La Biblia cristiana (están dentro de nosotros mismos, aquí y ahora). Recordemos nosotros que también existe, en nuestro interior, el famoso Felipe, aquel que bautizara al eunuco del evangelio crístico y que luego desapareciera, "llevado por el huracán de la tormenta". Ese Felipe tiene poderes sobre la forma física, que como ya dije, es una forma mental cristalizada. Si alguien tiene fe en Felipe, podría lograr meter su cuerpo físico dentro de la cuarta dimensión. No me estoy refiriendo a un Felipe histórico; no me re­fiero a aquel que en otros tiempos hiciera palidecer a los judíos en la Tierra Santa; no me estoy refiriendo a ese místico sereno, que apa­recía y desaparecía como por encanto mágico; me refiero al Felipe interior, puesto que dentro de nosotros mismos están los Doce Após­toles, las doce partes fundamenta­les de nuestro propio Ser (una de esas partes se llama Felipe). Si alguien se invoca a sí mismo, es decir, si invoca a su Felipe en instantes de estar dor­mitando, obtendrá prodigios formidables. Bastaría únicamente que se levantara de su lecho en el momento oportuno, en momentos en que se viese así "como gordo", "como obeso"; en momentos en que se sintiera en un estado de voluptuosidad espiritual extraordinaria, y con fe en Felipe, levantándose de su lecho, en­traría de inmediato en el Jardín de las Hespé­rides, en el jardín de las delicias, en el Paraíso Terrenal. Pero se necesita comprender que el cuerpo físico es una máquina, una forma mental con la cual podemos pasar de una dimensión a otra. Cuando uno acepta que el cuerpo es una forma mental, esa forma mental le obedece; pero mientras nos identifiquemos con tal for­ma, mientras se crea que es como aparentemen­te es, obviamente no se logrará jamás entrar en las tierras milaunochescas, dond­e viven majestuosos los Moisés, los Tuatha de Danand, y todos esos seres inefables de los antiguos tiempos.Así que, esta noche, mis queridos amigos, he venido a hablarles de las tierras de los Jinas, de los paraísos encantados, de los lu­gares santos donde todos nosotros podemos vivir.Han desaparecido, en esta época, gentes, aviones, buques; ¡se los ha tragado precisamente la cuarta dimensión! Más, sin embargo, la humanidad permanece torpe, no parece darse cuenta de que uno puede vivir, en dimensiones superiores, dichoso, feliz, o por lo menos visitar esas dimensiones para llenar nuestro corazón de alegría.¡Vienen acontecimientos formidables, se procesarán en el tiempo, hechos inusitados! ¡En estos momentos, precisamente, la Tierra se encuentra a punto de entrar en el cinturón majestuoso de Alcyone! ¡Entiendan us­tedes, mis amigos, que nosotros somos habitantes de Las Pléyades; entiendan que este Sol que nos ilumina y da vida, es uno de los siete soles de Las Pléyades, y que estos siete soles giran alrededor de Alcyone! Alcyone tiene anillos, como los tiene Sa­turno; pero sus anillos son radioactivos, y no meramente físico químicos como los de aquel planeta que he citado. Cada diez mil años la Tierra tiene que atra­vesar por los anillos de Alcyone, y está a punto de entrar. Desde el año 1.962, entre las dos y tres de la tarde, nos hemos venido acercando al anillo de Alcyo­ne; es un anillo radioactivo que trae verda­deras sorpresas, por los hombres extraordina­rios de las Ciencias Jinas. Cuando la Tierra entre al anillo de Al­cyone, se verán cosas increíbles: toda la materia se tornará fosforescente, las moléculas alterarán sus movimientos; por ende, las fór­mulas matemáticas, ya sea en el terreno de la biología o en el terreno de la química, o de la física, serán alteradas; la medicina tendrá que cambiar sus remedios, porque ya no servirán; nuevas especies de animales surgirán y eso es inevitable. La materia será potentemente radioactiva, muchas gentes no resistirán la radiación del anillo de Alcyone y mo­rirán.Estamos por entrar, repito, en tal anillo. Si el Sol entrara primero, habría una obscuridad que duraría, en realidad de verdad, ciento diez horas. Si fuese la Tierra la que entrara prime­ro en el anillo de Alcyone, sucedería entonces que la Tierra parecería estar ardiendo, mas sólo serán fuegos de colores. De un momento a otro, entrará la Tierra en el anillo aquel de Alcyone.Vamos viajando, con esta Tierra, a través del inalterable infinito y obviamente ocurrirán hechos insólitos que asombrarán, aún a los científicos. Hace poco, relativamente poco, unos astronautas que estaban en órbita, vieron una radiación extraordinaria y la comunicaron a su base (era la radiación de Alcyone). Vendrá un día muy largo, un día que dura­rá, en realidad de verdad, dos mil años. Esto significa que la noche desaparecerá y que la radiación luminosa de Alcyone penetrará en todas las cavernas tenebrosas de la Tierra; envolverá al planeta por todas partes, resplan­decerá milagrosamente, y sus efusiones o emanaciones harán también causar asombro a otras gentes de los mundos habitados del inalterable infinito; así entrará el resplandor mirífico de los luceros, vendrá bajo las melodías del Ma­crocosmos. Surgirá un mundo extraño den­tro de muy poco tiempo: ¡ese mundo se llama Tierra!Es bueno entender que se acercan momentos extraordinarios; antes de la gran catástrofe que se avecina, la Tierra tendrá que meterse en el anillo ese de Alcyone.Nuestro mundo, en realidad de verdad, no tendría base alguna si no existiera una cuar­ta dimensión, una cuarta vertical. Es en esa cuarta vertical donde viven, todavía, muchos Elohim que trabajan por la humanidad, que socorren a los seres hu­manos. ¡Amigos: este Sol que nos ilumina y nos da vida, este Sol que resplandece en el espacio, bañándonos con sus infinitos esplendores, no es todo! Tras éste Sol, está el Sol Espiritual, el Sol de Las Pléyades. Nuestra Tierra gira alrededor del séptimo Sol de Las Pléyades; esto significa que nosotros en verdad, mis queridos amigos, somos habitantes de Las Pléyades. En todo el inconmensurable infinito existen "pléyades" que los astrónomos ven con sus te­lescopios, y nosotros los terrícolas, vivimos en un pequeño mundo insignificante, llamado Tierra, que gira alrededor del séptimo Sol de Las Pléyades. Y un Sol ubicado en la cuarta vertical, el Sol Espiri­tual de Las Pléyades, es el que nos gobierna. Así, desde la cuarta vertical, es dirigido nuestro mundo y no solamente éste, sino todas Las Pléyades.También existe otro Sol que debemos nosotros entender y comprender, me refiero al Sol Central. Este, en realidad de verdad, está lleno de esplendores inefables; ese Sol Cen­tral que dirige todas las actividades de esta galaxia espiraloide, precisamente se desenvuel­ve entre el cosmos extraordinario. Obviamen­te, toda la galaxia gira alrededor del Sol Central Sirio; no lo negamos, así es; no negamos tampoco que los regentes de esta constelación vivan precisamente en aquel mundo. Toda la Vía Láctea, en última síntesis, está gobernada en realidad de verdad por el Sol Central, un Sol Espiritual, un Sol que no es físico. Vean ustedes cómo hay mundos, cómo hay soles que no son de esta región tridimensional de Euclides.¿Qué diremos nosotros del Sol Central Espiritual? Bien sabemos que todas estas galaxias, vistas a través de los telescopios, en realidad de verdad están gobernadas por el Sol Central Espiritual. Existe un Infinito, no lo negamos; este Infinito espléndido y maravilloso en el cual vivimos, nos movemos y tenemos nuestro Ser, tiene un límite. Recordemos en estos momentos a Einstein, cuando dijo que "el espacio es curvo", cuando dijo que "el Infinito tiende a un límite". Ciertamente, este Infinito tiene alrededor de cien mil galaxias, y cada galaxia una suma de cien mil soles. Pero todo este Infinito en el cual vivimos, nos movemos y tenemos nuestro Ser, tiene un límite; más allá del límite hay un espacio vacío y más allá de ese espacio vacío se abre otro Infinito y más allá de ese otro Infinito hay otro espacio vacío, y luego otro Infinito, y así por siempre jamás.Mis amigos: entiendan ustedes que todo este Infinito ilimitado en que vivimos, nos movemos y tenemos nuestro Ser, está gobernado por el Sol Central Espiritual, por el Sol Sagrado Absoluto, que no es físi­co; que en tal Sol moran las inteligencias divinales que gobiernan el espacio cósmico. Así que, en realidad de verdad, quien aprende a meterse con su cuerpo físico en el Jardín de las Hespérides, podrá comprobar por sí mismo y en forma directa, la existencia de esos soles majestuosos que alumbran extraordinariamente al espacio que nunca tiene límites.Quien aprenda a viajar con su cuerpo físico en Estado de Jinas, podrá ponerse en con­tacto con los Dioses Inefables de la aurora del Mahamanvantara; quien aprenda a viajar con su cuerpo físico, podrá platicar, cara a cara, con los Elohim, con los Prajapatis, con los Rishis de los Vedas antiguos; quien aprenda a viajar con su cuerpo físico, podrá ponerse en contacto con Nuestro Señor Quetzalcóatl, y vi­venciar por sí mismo que Quetzalcóatl es un Logos platónico, es el Demiurgo griego, es el verbo, es la palabra. Juan precisamente, en su evangelio, dice: "En el principio era el verbo, y el verbo estaba con Dios y el verbo era Dios; por él todas las cosas fueron hechas y sin él nada de lo que es hecho, hubiera sido hecho".Ha llegado la hora de que ustedes luchen por escaparse de éste mundo tridimensional de Euclides, donde solamente reina la amargura; ha llegado el momento en que ustedes aprendan a visitar los Campos Elíseos, para que arrojados a los pies de los Maestros, pue­dan escuchar la palabra perdida en el primer instante; ha llegado el momento mismo en que ustedes conozcan nuevamente los Misterios del antiguo México y la sabiduría de los Misterios de Eleusis, y la corriente divinal, heroica, que brotara de los antiguos Misterios de los Rishis de la India.¡Amigos: el Sol del Espíritu resplandece abrasador por todas partes; recuerden que el cuerpo físico no es más que una forma mental; aprendan a manejar esa forma mental, cámbienla de lugar a voluntad, deslícense como se deslizaban los Tuatha de Danand, en la antigua Eleusis, sobre los mares majestuo­sos de la cuarta dimensión! ¡Amigos: ha llegado el momento en que ustedes conozcan al Genio de la Tierra, a ese Melchisedek extraordinario que gobierna nuestro mundo. Un día, si ustedes aprenden a manejar la Ciencia de los Ji­nas, podrán entrar en el interior de la Tierra; entonces sí vivenciarán por sí mismos y en for­ma directa, que esta Tierra es hueca; podrán conocer también, allí, a muchos sobrevivientes de la Lemuria y de la Atlántida, a venerables ancianos que cultivaron los misterios divinos en sus templos; a venerables sacerdotisas que como las Cleopatras del Nilo, impartían sus en­señanzas a los pueblos que las amaban. Cuando ustedes puedan penetrar en el lugar donde Melchisedek mora, entonces podrán ustedes conocer la sabiduría de los anti­guos; vivenciarán por sí mismos y en forma directa, que en otros tiempos resplandeció la sabiduría hermética sobre la faz de la Tierra; cuando ustedes puedan con su cuerpo físico visitar el interior de nuestro mundo, se encontra­rán cara a cara con Melchisedek, Rey de Salem, del cual Jesús de Nazaret da testimonio; el Rey de nuestro mundo.Hace algún tiempo aconteció algo extraordi­nario: se trataba de un desfile militar, nada menos que ante el Rey Jorge VI. Ese Rey Jor­ge, tan extraordinario en sus conocimientos, no dejó de pasar por una sorpresa... En verdad el desfile fue espléndido ante el Rey y ante su comitiva, ante la familia real; ¡qué orgulloso se sentía de la vida del Imperio! Pero algo extraordinario acaece... ¿Un elefante blanco ante el ejército inglés? ¿Quién montaba aquel elefante, quién? ¡Un extraño personaje oriental! Las tropas rindieron culto al Rey Jorge, y aquel extraño jinete, montado en el elefante, encabezaba los batallones. Los soldados no se asombraron en mo­do alguno, les pareció muy natural, pues ellos sabían muy bien de la vida de la India, ya que en otros tiempos aquella preciosa joya del In­dico era tan sólo uno de los territorios de la Monarquía Inglesa... Ver a un hindú montado sobre un elefante, ante los ejércitos, parecía perfectamente nor­mal, pero algo causa extrañeza: el jinete no rinde honras al Rey Jorge. "¿Qué es lo que ha pasado?", pregunta el Rey; "¿quién es ese perso­naje?" Se le contesta: "¡El Genio de la Tierra, señor!". ¡Milagrosamente aquel mo­narca no cayó privado en el suelo!, (el elefan­te desapareció, como por encanto).Así que, sepan ustedes que esta Tierra tiene una cuarta vertical y un Rey; ese Rey se llama Melchisedek, y Jesús de Nazaret mismo da testimonio sobre el Monar­ca Melchisedek. El día en que uste­des aprendan a manejar los Estados de Jinas, es decir, que sepan meterse en la cuarta dimensión, podrán visitar el Reino, de Melchisedek. A eso he venido esta noche, a decirles cómo y repito la clave: acuéstense con la cabeza ha­cia el Norte, y luego concéntrense en Felipe, pídanle que los meta dentro de la cuarta dimensión; adormézcanse un poquito y cuando sientan su cuerpo como lleno de una voluptuosidad espiritual extraordinaria, cuan­do se vean como "regordetes", como si se estu­vieran inflando, levántense de la cama y supli­cando, rueguen a Felipe que los lleve, pues, a la tierra sagrada de los anti­guos, al paraíso perdido de Milton, al Jardín de las Hespérides, donde los ríos de agua pura de vida manan leche y miel; a la región aquella extraordinaria donde viven los Príncipes del fuego, de los aires, de las aguas y de la tierra... ¡A eso he venido esta noche: a invitarlos, a todos ustedes, a entrar en el paraíso perdido de Milton a voluntad!


VEVERABLE MAESTRO SAMAEL AUN WEOR...